Antonio González Vázquez
Morena, el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador, va muy adelante en el proceso electoral del 6 de junio.
El 1 de enero, el periódico Reforma publicó resultados de una encuesta nacional respecto de las elecciones de diputados federales. Su portada, con el encabezado “Poder en juego”, presentó el panorama general de los cargos públicos federales y locales que estarán en disputa.
En una parte del reportaje, apoyado de infografías y con el titular “Ven fuerte a Morena”, ofreció el panorama nacional de la elección de diputados federales, misma que es muy relevante para Morena y para el presidente López Obrador.
A la pregunta ¿A quién ve más fuerte en las elecciones de este 2021?, Morena alcanzó 53 por ciento, mientras la alianza PRI-PAN-PRD, logró 24 por ciento.
En la pregunta: En las elecciones de este año, ¿cree que Morena gane la mayoría en la Cámara de Diputados?, 51 por ciento respondió que Sí y 32 por ciento, No.
El sábado pasado, Mario Delgado, presidente del Comité Ejecutivo Nacional de Morena, retomó la encuesta de Reforma en su cuenta de Twitter y escribió: “Vamos con paso firme rumbo a la elección. Los transformadores vamos a vencer a los conservadores, hasta las encuestas de Reforma lo admiten”.
Se trata de la primera gran encuesta del año que acaba de iniciar, misma que refrenda los resultados de sondeos que se vienen realizando desde el año pasado por parte de distintas empresas.
Ese mismo día, 1 de enero, Abraham Mendieta, analista de Milenio, transmitió en su canal de YouTube, el video Panorama Electoral 2021, dedicado a los resultados de una encuesta sobre las 15 gubernaturas en disputa.
En 13 entidades, Morena lleva la delantera en la intención del voto. En ese sentido, respecto de San Luis Potosí, el partido que encabeza Juntos Hacemos Historia, tiene 30 por ciento de preferencias, por 18 del PAN, 14 del PRI y uno por ciento del PRD.
En todas las entidades donde habrá elecciones de gobernador, Morena ya tiene candidatos y candidatas, excepto en San Luis Potosí, donde el proceso aún no ha concluido con la designación formal de la candidata.
Está decidido que será candidata y así será.
La decisión tomada desde el Comité Ejecutivo Nacional, sin embargo, ha provocado la irritación de una dirigencia local obnubilada por fobias y rencillas. De cara a una elección federal de elevada trascendencia para la 4T, en San Luis Potosí hay un irrefrenable ímpetu de encono.
Eso no es nuevo, de hecho, desde la creación del partido, han sido más los episodios de desencuentros que los de unidad: primero se pelearon por el liderazgo del Movimiento Lopezobradorista, luego por las carteras del Comité Ejecutivo Estatal, después por las candidaturas en los comicios de 2018, más tarde, por la plaza de súper delegado federal en San Luis Potosí y, ahora, hacen lo propio por las del 2021.
El movimiento transformado en partido político trajo consigo las naturales pugnas entre personas y grupos por el control de la institución. Eso ocurre en todos los partidos políticos nacionales, pero al final lo que prevalece es el interés institucional, ya sea para bien o para mal en términos electorales o de gobierno.
Buena parte del problema en San Luis parece concentrarse en la proximidad de Mario Delgado con Ricardo Gallardo Cardona, lo que hace suponer la existencia de negociaciones perversas entre ambos personajes que para la dirigencia local de Morena, conforman una alianza ignominiosa.
La tesis de algunos grupos y de la dirigencia del partido, es que Mario Delgado, intencionadamente, debilita a Morena para que Ricardo Gallardo gane las elecciones del 6 de junio.
Especulan que Mario Delgado decidió que sea mujer la candidata a gobernadora para abrir paso a Gallardo.
Hacen suposiciones descabelladas para presentarlas como certezas, como la peregrina posibilidad de que el día de las elecciones, los simpatizantes de Morena, en la soledad de su casilla, voten por Gallardo y no por la candidata del partido.
Por “trascendidos” en la prensa, que los interesados en el caos interpretan como hechos ciertos, se duelen de que Mario Delgado entregaría seis de las siete candidaturas a diputados federales al Partido Verde.
Bien visto, para la cúpula de Morena en el estado, la dupla de Mario Delgado y Ricardo Gallardo son algo así como la “mafia del poder”, capaces de tramar hasta los más inimaginables escenarios.
Algo así como: en el privado de un restaurante de primera línea en la Ciudad de México, Delgado y Gallardo desayunan; arman un acuerdo para que, con votos de Morena, Gallardo sea electo gobernador a cambio de que los diputados federales que surjan de la Gallardía en SLP y los del Verde en todo el país, voten en la Cámara de Diputados por todas las iniciativas presidenciales y de Morena. Ok, tenemos un acuerdo, pero cuantas candidaturas federales quieres, le pregunta Delgado a Gallardo: bueno, por mí, las siete, pero si quieres dame seis. Ok, refrenda Delgado, tenemos otro acuerdo, pásame la sal por favor.
¿En serio?
Como resultado de esa visión catastrofista al tono de un complot, alimentada por el ala navista de Morena, el partido se equivoca al golpear la candidatura de una mujer en lugar de arroparla. De ahí que la precandidata, Francisca Reséndiz Lara haya catalogado a su dirigencia como “misógina”.
En un contexto en el que la dirigencia local de Morena no sabe no lo que hace, ayer emitió un comunicado para aclarar que no están en contra de que la candidatura sea para una mujer, en cuyo caso, ahora reculan y dicen que es un “honor y un privilegio”.
Y otro ejemplo: el navista Eduardo Martínez Benavente, en declaraciones a un semanario local ya vaticina desde ahora, “una desbandada de morenistas hacia el movimiento navista del PAN y también a favor del PVEM”.
¿En serio?