Centinela: Hombres armados rondan la campaña de Mónica Rangel

Antonio González Vázquez

El Movimiento de Regeneración Nacional enfrenta una serie de embates políticos, fácticos e institucionales que se proponen debilitarlo al máximo. 

Los opositores al partido del presidente Andrés Manuel López Obrador, intentan disminuir la potencia de la aplanadora sin reparar que tan sucia sea la estrategia.

El Instituto Nacional Electoral acordó poner dique a la probable mayoría absoluta que Morena podría lograr en la cámara de diputados; después, resolvió la anulación del registro de candidatos a gobernador y diputados federales en distintas entidades de la república.

A su vez, facciones de empresarios poderosos, medios de comunicación y organizaciones afines al sector privado, la iglesia católica y del PRI, PAN y PRD, encabezan una campaña de propaganda en contra del gobierno de López Obrador, en el entendido de que al pegarle al presidente, le atizan a Morena.

Han resucitado cadáveres políticos como los expresidentes Fox y Calderón, así como a ex candidatos presidenciales como Gabriel Quadri y Ricardo Anaya para que hagan de la cuarta transformación su “punching bag”.

Con independencia de si algo como eso incide en el ánimo de los electores, la oposición hace lo suyo y con ello, se ha venido generado un escenario de rispidez en el proceso electoral con el riesgo de alimentar ánimos violentos.

Mediante un discurso de odio, la oposición busca debilitar a Morena y al presidente, polarizan a la sociedad y plantan la semilla de la discordia.

Eso ocurre también en San Luis Potosí y conviene no pasarlo por alto. 

Mónica Liliana Rangel Martínez, candidata de Morena a la gubernatura, realizó durante la semana pasada una gira de proselitismo por la zona Huasteca y, el sábado 27 de marzo ofreció una rueda de prensa en Ciudad Valles.

La ex secretaria de Salud, reveló que durante su campaña, en algunos lugares, se ha visto a hombres armados que aparecen de manera intimidante a unos metros de donde realiza reuniones con sus simpatizantes.

Al respecto, expuso: “no puedes estar en un espacio público, donde estamos comentando el proyecto  de gobierno sin que estén (transitando) carros a alta velocidad, sin placas, sin identificarse, con hombres que están armados”.

Y abundó sobre el riesgo que entraña la situación: “una mala decisión de esas personas no solamente repercutiría en mi vida, sino en el equipo de trabajo y en las personas que me están escuchando, o inclusive, como muchas veces ha sucedido; en alguien que simplemente está haciendo sus actividades, que va a su trabajo y desafortunadamente está en un momento equivocado, en un lugar equivocado”.

Sucesos como ese, han sido denunciados ante las autoridades; se han documentado amenazas recibidas a través de mensajes en el teléfono celular, en las redes sociales, así como agresiones y provocaciones durante sus eventos de campaña.

No solo ha habido elementos de violencia política de género por parte de otros candidatos a la gubernatura, subrayó, sino también desde la oposición y del mismo Movimiento de Regeneración Nacional. 

Detrás de las agresiones, es posible identificar ánimos de “misoginia” y de violencia política que tienen la intención de sembrar miedo en el entorno de su campaña y de paso, amedrentarla.

Recién iniciada la campaña, la abanderada de Morena denunció las amenazas que recibió y a raíz de eso, solicitó a la mesa de Paz y Seguridad, la protección necesaria para desarrollar su proselitismo con garantías y seguridad para ella y su equipo. 

Sin embargo, tres semanas después de eso, el escenario para la candidata es el mismo pues las amenazas y ataques no han cesado. Así lo advirtió apenas el pasado sábado.

Las elecciones en San Luis Potosí no son un hecho aislado, forman parte de un proceso federal que tiene muchos frentes de polarización abiertos. En distintas entidades de la república, se desarrollan campañas en un ambiente de hostilidad y enfrentamiento que amenaza la estabilidad nacional.

La doctora Rangel dice que no tiene temor y que seguirá adelante, que el mejor antídoto contra las provocaciones y amenazas, es la denuncia para que no solo actúe la autoridad, sino para que la gente sepa lo que está pasando. Sin embargo, da la impresión de que el gobierno de Juan Manuel Carreras López no ha puesto la atención debida.

La candidatura de Rangel Martínez es la que despertó más expectación y, de entrada, causó pavor en el PRIANRD; provocó además una reacción furibunda al interior del círculo rojo de Morena y enfureció a otros.

Pese a todo, la candidatura se mantiene firme y poco a poco ha venido avanzando, quizás, no como se esperaba, pero está en la contienda, de eso no hay duda. Viene de atrás para adelante, de ahí que existan sucesos perniciosos alrededor de su campaña.

Tiene a su favor el amplio reconocimiento de la población al gobierno de López Obrador. En las encuestas que se han levantado en el mes en curso, el presidente tiene una aprobación superior al 60 por ciento en San Luis Potosí.

El presidente no estará en las boletas electorales el 6 de junio, pero es innegable que sí está presente en el ánimo de la ciudadanía.

La campaña morenista, a diferencia de las de Cesar Octavio Pedroza Gaitán y José Ricardo Gallardo Cardona, no se ha caracterizado por muestras artificiales de apoyos multitudinarios o bien, del presunto cobijo que reflejarían el respaldo de grupos empresariales o de organismos corporativos del PRI y del PAN.

Se ha visto una campaña más dirigida al contacto personal con la ciudadanía, así como con reuniones temáticas sin gran alarde mediático, pero cuando se deciden reuniones públicas en plazas o auditorios, la participación es considerable.

Está trabajando con la base que conforma el Movimiento social y político que ha hecho de Morena una fuerza impredecible. En razón de ello es que se percibe su crecimiento; ha tomado cierta distancia de la estructura burocrática del partido, que dicho sea de paso, mantiene una arrogancia que a estas alturas de la campaña, está fuera de lugar.

No obstante las adversidades que brotaron luego de haber sido postulada, Rangel Martínez ha remontado el pánico escénico evidente hasta hace unas semanas; está ganando confianza, se le ve un mejor desenvolvimiento y va adoptando el discurso propio de la cuarta transformación.

Esa es una de las claves para su repunte: propagar el ideario del obradorismo, hacerlo propio y comunicarlo con certeza.

La asonada contra Morena y todos sus candidatos en todo el país irá subiendo de tono, llegará al rojo vivo; de ese ambiente no escapa la candidata, ejemplo de ello es lo que recién denunció en Ciudad Valles.

Las amenazas, provocaciones y actos de intimidación, derivan de que Morena tiene la fuerza suficiente para ganar la gubernatura de San Luis Potosí; será una elección muy reñida, pero tiene todo para hacer historia.

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