Antonio González Vázquez
Con once homicidios dolosos y un feminicidio, la Guardia Civil Estatal cumple hoy su primera semana de operaciones.
El gobernador José Ricardo Gallardo Cardona, espera que en un plazo de seis meses se empiecen a ver resultados favorables respecto del objetivo de pacificar la entidad.
Durante el primer trimestre del año en curso hubo 170 víctimas de homicidio doloso, lo que representó un promedio de 56.6 por mes; por semana, 14.
Datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública revelan que durante el primer semestre del sexenio de Gallardo sumaron 276 ejecutados.
La tendencia ha sido al alza: de octubre a diciembre de 2021, el primer trimestre de gobierno, 106 víctimas; de enero a marzo de 2022, 170.
Está por publicarse la estadística de Incidencia Delictiva del Fuero Común con datos a abril pasado y no se esperan noticias positivas en términos de una disminución significativa de víctimas.
Hasta el momento, el mes con más víctimas mortales es febrero con 60; el de menor incidencia, noviembre de 2021, 44.
Sería iluso creer que con la sola presencia de una nueva institución de seguridad van a cambiar las cosas.
La tasa anualizada de homicidios dolosos por cada cien mil habitantes durante los últimos tres años es de 15.1, mientras que la media nacional se colocó en 14.9.
En seis meses del gobierno de La Gallardía, el promedio diario de víctimas de homicidio es de 1.5.
De eso se trata vivir con miedo.
Y la estrategia oficial tiene la encomienda de lograr que las y los potosinos logren vivir sin miedo.
El pasado martes 17 de mayo, en el palacio sede del gobierno de la Ciudad de México, la Jefa de Gobierno, Claudia Sheimbaum, ofreció ante el presidente Andrés Manuel López Obrador, un informe de incidencia delictiva en la capital del país, de 2019 a marzo de 2022.
Además de reportar una disminución en delitos de alto impacto hasta en 58.8 por ciento, destacó el caso de los homicidios, fue de 61.2 por ciento.
Por esos días, Gallardo Cardona dijo que la Guardia Civil tiene un plazo de seis meses para entregarle a la sociedad buenos resultados.
Habrá entonces, una evaluación allá por el mes de octubre.
Dado el compromiso del mandatario, dicha evaluación deberá sustentarse en las estadísticas y ya no en el discurso.
Sería notable que, como lo hizo la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, aporte datos delito por delito.
Es cierto que seis meses es poco tiempo para evaluar una nueva estrategia de seguridad, pero el plazo lo puso el propio Gallardo.
Por lo pronto, en el reducido espacio de una semana, en el caso de los homicidios, la tendencia de 1.5 ejecutados diarios se mantuvo.
Como advirtió el alcalde de la capital, Enrique Francisco Galindo Ceballos, cuando echó a andar la estrategia municipal de seguridad en enero pasado: “a toda estrategia de seguridad hay que darle tiempo de maduración”.
Y en efecto, a la Guardia Civil se le puede dar el beneficio de la duda con un plazo prudente de seis meses.
El desafío es monumental y salir avante de éste, es crucial para el gobierno estatal; de los resultados al corto y mediano plazo, depende la credibilidad y confianza social en el gobernador.
Tras años y años con un problema que tanto lastima, la paciencia ciudadana debe estar ya en los límites de la tolerancia. No se puede admitir un fracaso más como ocurrió desde los sexenios de Marcelo de los Santos Fraga, Fernando Toranzo Fernández y Juan Manuel Carreras López.
El lunes 16 de mayo, la ceremonia de arranque de la Guardia Nacional, fue un alarde institucional para mostrar toda la fuerza del aparato de seguridad. Alcaldes, legisladores, magistrados y empresarios, nadie le regateó al gobernador su logro.
Llevados por la inercia de la unanimidad que parece rodear al gobierno, todos aplaudieron y celebraron el acierto.
Más valdría ser cautos y no lanzar las campanas al vuelo.
La mesura tendría que empezar desde las propias autoridades de las que lo menos que se puede esperar es juicio autocrítico.
Con el gravísimo problema de la inseguridad no se puede jugar ni se puede caer en la tentación de dar atole con el dedo.
Con propaganda no se resuelven los problemas.
En seis meses se verá si es verdadero o falso que el cambio ya se nota.
En la policía se nota, pero porque sus uniformes y patrullas tienen colores e insignias nuevas, pero solo eso.