Centinela: Sentir miedo

Antonio González Vázquez

Las y los potosinos cumplimos una década de vivir con miedo. Es más tiempo del que sea posible soportar.

Y vamos por el onceavo.

La Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, reporta que, al cierre de 2021, 81.6 por ciento de la población de 18 años y más, dijo sentirse insegura en San Luis Potosí.

De acuerdo con ese estudio, en 2011, la percepción social de inseguridad era de 76.3 por ciento. El año 2012, marcó el de menor sensación de inseguridad en la década con 60.0 por ciento; en adelante y hasta nuestros días, ese indicador no ha dejado de crecer.

En el 2013 rompió la barrera del 70 por ciento y en 2019, la del 80 por ciento.

La entidad lleva cinco años consecutivos con un promedio de percepción de inseguridad por encima de la media nacional.

La capital potosina no está muy bien que digamos y cerró 2021 con 81.3, aunque para el primer trimestre de 2022, disminuyó a 77.0 por ciento.

Las estadísticas son frías como los hechos que las provocan.

Los ex gobernadores priistas, Fernando Toranzo Fernández y Juan Manuel Carreras López fracasaron en el tema de la seguridad y ahora, José Ricardo Gallardo Cardona parece seguir la misma ruta.

La sensación de inseguridad no es nueva, no surgió con el naciente gobierno. Ha venido permeando entre la población y viene a afectar de manera directa la convivencia social, de modo que antes de decidir salir de casa, hay que pensárselo un par de veces.

Algunos de los factores que contribuyen a provocar temor: los homicidios, secuestros, extorsiones, levantones, narcomenudeo, proliferación de pandillas, las riñas, las balaceras, violencia policíaca contra ciudadanos, robos y otros más.

Durante la década ha habido múltiples eventos criminales que inciden de manera directa en el ánimo social: masacres con homicidios múltiples, decapitados, descuartizados, desmembrados, embolsados, encobijados, colgados, así como los desaparecidos enterrados en fosas clandestinas.

Se trata de una inoculación de miedo que frecuentemente recibe la población.

Los medios de comunicación informan del acontecer trágico y nunca dejan de sorprender los niveles de atrocidad que pueden alcanzar los criminales. Las redes sociales difunden a menudo imágenes inéditas de eventos violentos que dan cuenta de la brutalidad con que se actúa.

El temor se va anidando en la mente de las personas y luego crece porque hay impunidad. No hay castigo para quienes dañan a la sociedad.

Tal vez eso sea lo más relevante para nutrir la percepción social de inseguridad: que las autoridades han sido incapaces de aplicar la ley.

En su momento, Toranzo y Carreras habían ofrecido restaurar la paz y la tranquilidad, para lo cual implementaron estrategias que al final no funcionaron. Incumplieron el compromiso asumido con las y los potosinos. Ambos sexenios, uno tan mortal como el otro.

A esos ex gobernadores la historia los ha juzgado, pero nada más.

El 16 de mayo pasado, el gobierno de Gallardo Cardona arrancó su estrategia para hacer posible vivir sin miedo.

Apenas empieza, pero los primeros resultados son desalentadores: en dos meses de operaciones de la Guardia Civil Estatal, 135 ejecutados.

De acuerdo con datos del Informe de Seguridad de la Secretaría de Seguridad y Participación Ciudadana del Gobierno Federal, en esos dos meses, solamente en diez días no se reportaron ejecuciones.

Entre mayo y junio, el porcentaje de homicidios dolosos diariamente fue de 2.25.

Cosas como esas provocan la sensación de miedo que luego, las autoridades suelen restar importancia.

La constancia criminal es algo que ahí está y termina por acendrar miedo.

Hace unos días, el presidente municipal de la capital, Enrique Francisco Galindo Ceballos, instó a la ciudadanía a no alarmarse, no caer en pánico; tomar providencias, pero sin asustarse.

Esa clase de dichos no hacen más que acrecentar la desconfianza en las autoridades. En tanto que, el gobernador Gallardo puso su parte en infundir miedo social: los jueces federales están liberando a los delincuentes, dijo.

En San Luis Potosí se siente el miedo y las autoridades, no parecen tener respuesta a eso.

Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Ha sido docente de la Facultad de Ciencias de la Comunicación durante 25 años. Además, durante 30 años se ha desempeñado como periodista en medios como El Heraldo, El Mañana de Ciudad Valles, Pulso, Milenio San Luis, Diario Digital San Luis, Librevía, La Jornada, Global Media y actualmente en Astrolabio Diario Digital y Periodismo Político.com. También ha sido corresponsal de medios nacionales como Agencia de noticias NOTIMEX, La Jornada y Milenio.

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