Antonio González Vázquez
Sin rumbo definido, la semana pasada se cumplieron cuatro meses de gobierno de José Ricardo Gallardo Cardona.
Más dudas que certezas: ambiciones, sueños y anhelos al por mayor; pocos hechos. Retos por doquiera, políticas públicas para enfrentarlos, aún nada; en espera del Plan Estatal de Desarrollo de donde se supone saldrá humo blanco del destino del estado.
Ese período de cuatro meses vio transcurrir el trayecto de los simbólicos primeros cien días, sin que rindiera cuentas sobre los compromisos contraídos para ese lapso.
Salvo una insípida campaña propagandística, no hubo ceremonia, declaraciones ni publicación alguna para hacer referencia a ese hecho.
Tal vez no había mucho que reportar y se optó por el silencio. Se habría esperado un gran evento para resaltar los compromisos cumplidos y nada.
Han avanzado cuatro de los 72 meses del período, en el que destaca el dicho de “mucho ruido y pocas nueces”.
Entre tanta escaramuza declarativa, está el más reciente anuncio de erigir una estatua de 40 metros de altura de Cristo Rey, en La Joya Honda, comunidad La Purísima, municipio de Soledad de Graciano Sánchez.
Se trata de una zona natural protegida porque ahí se ubica un cráter de un millón de años de antigüedad y que hace unos siglos, fue lugar sagrado de los Huachichiles.
Eso es lo que hay, solo estridencia.
Por eso, lo que más llama la atención no es lo que ha hecho o dejado de hacerse desde Palacio de Gobierno, sino el vacío de crítica opositora.
Nadie dice nada.
La oposición partidista está en plena decadencia.
Ni sus luces los azules, naranjas, amarillos, guindas o tricolores. El Verde campea sobre ellos y no hay capacidad de respuesta.
Como si no existieran unos y otros hundidos en sus peleas internas, en su mediocridad.
¿Dónde están, hay alguien ahí?
Cuatro meses de gobierno absoluto, de corte vertical, duro y centralizado en la figura del gobernador.
Nadie le hace sombra.
Los empresarios y algunos de los hombres más ricos y poderosos de San Luis Potosí ya tienen la chaqueta verde bien puesta. No puede ser de otro modo, lo que les interesa son sus negocios y los que puedan concretar en el curso del sexenio.
Algunos de los acaudalados son priístas y panistas, pero cuando hay negocio y dinero de por medio, la ideología y los principios salen sobrando.
Desde la sociedad tampoco hay voces o posturas divergentes. Tampoco en los poderes Legislativo y Judicial.
Hay una voz cantante y la siguen a coro; hoy no existe contrapeso alguno al mandatario. Va en caballo de hacienda.
Tal panorama tiene su lectura contraria, en el sentido de que todos están sumados al trabajo por San Luis Potosí, que por fin hay coordinación y voluntad colaborativa, que pensando en el beneficio de las y los potosinos se debe jalar parejo, que si al gobierno y al gobernador les va bien, luego entonces les irá bien a todos.
En una entrevista con la periodista María Luisa Paulín para Código San Luis, el alcalde Francisco Enrique Galindo Ceballos dijo que se lleva muy bien con el gobernador, que eso es bueno para la capital.
Afirmó que la lleva muy bien con Gallardo, aunque a algunos les moleste.
De ser así, entonces muy pronto San Luis Potosí será ejemplo nacional de unidad, se resolverán todos los problemas por ancestrales y complejos que sean.
La desigualdad social, la pobreza extrema, el hambre, la marginación, la inseguridad, la precariedad salarial, la informalidad económica y laboral, la corrupción, la opacidad, el rezago regional, comunitario y municipal, la impunidad, la violencia contra la familia y las mujeres, el campo abandonado y muchas otras cosas más, serán sencillamente cosa del pasado.
Desde la perspectiva del gobierno todo va viento en popa y salvo aisladas excepciones, nadie es capaz de decir algo o al menos, de ponerlo en duda.
Unanimidad nefasta que contradice una verdadera visa democrática, en la que, la crítica es fundamental.