Antonio González Vázquez
Un día después de haber renunciado al Partido Acción Nacional, María Guadalupe Carrillo Rodríguez posteó en sus redes sociales una fotografía con el gobernador José Ricardo Gallardo Cardona.
Lucían radiantes, pegaditos, la mejilla del mandatario en la sien de la alcaldesa catorceña. El brazo derecho del gobernador posado en el hombro de ella.
La fotografía respondió así a la inferencia panista de presiones y amenazas del gobierno a alcaldes y alcaldesas para que se sumen al Partido Verde.
El desmantelamiento en la oposición desde los ayuntamientos se puso en marcha desde diciembre de 2021.
A cuenta gotas, las y los munícipes, tan faltos de convicciones partidistas e ideológicas, han sido enganchados por una Gallardía ambiciosa, hambrienta de poder.
Se estima que ya controlan 33 de los 58 ayuntamientos y que ya gobierna el 50 por ciento de la población municipal.
Las y los 17 alcaldes que decidieron abandonar a sus partidos para vestirse de verde dotan a la Gallardía de una capacidad de organización política y electoral muy potente.
Súmese el control del Poder Legislativo con 13 diputadas y diputados de la alianza “Juntos Hacemos Historia”.
Y algo a tomar muy en cuenta en la oposición: en las elecciones de 2021, Gallardo Cardona ganó en 8 de los 15 distritos locales electorales.
En las elecciones de 2018, el Verde tenía únicamente un diputado y cinco ayuntamientos, pero en mayo de 2020 cuando la Gallardía se apoderó del partido, todo empezó a cambiar.
Desde entonces, ni el PAN ni el PRI han sido capaces de contener a ese grupo político que a catorce meses de los comicios de 2024 se prepara para ganarlo todo.
Si como fuerza de partido se consolida cada vez más, ni qué decir con la estructura alterna instalada al interior del gobierno.
La Secretaría de Desarrollo Social y Regional junto con el DIF Estatal, crearon las figuras de los delegados distritales y municipales para encargarse de la operación de los programas sociales del gobierno.
Cada entrega de apoyos en comunidades, colonias y municipios son auténticos mítines de partido, de modo que lo institucional se desvanece en favor de loas y vítores al ejecutivo y a su gente.
Las y los beneficiarios se transforman en una masa verde de donde surgen pancartas y mantas en las que bendicen al gobernador.
En esa suerte de espectáculo grotesco, resulta obvio que entre las y los alcaldes de otros partidos surge la tentadora idea de ser parte de eso, no simples y fugaces invitados a una fiesta que no es de ellos ni para ellos.
Tal vez no sea ni las amenazas o las presiones sobre nadie, sino que aplica la especie de que allá donde se avista un mejor futuro, ahí es adónde hay que dirigirse: quieren su parte del botín.
Para los desertores no debió ser difícil tomar una decisión al constatar que sus partidos de origen están más próximos a la ruina que al éxito.
A panistas y priistas los une el mismo mal: estar bajo el control de facciones que no aceptan la intromisión de nadie.
Panistas y priistas contrarios a sus dirigencias estatales han exigido la renuncia de Verónica Hernández Rodríguez yElías Jesrael Pesina Rodríguez, respectivamente.
Mientras la Gallardía se fortalece, la oposición empequeñece a causa de la división interna; la Gallardía aceita la maquinaria y sus adversarios no tienen idea de qué hacer.
El gobernador como jefe político de su grupo y su partido, hace lo que le corresponde en un contexto de lucha permanente por el poder en la que se recurre a todo, así lo hace el alcalde capitalino, Enrique Francisco Galindo Ceballos en su papel de primer priista del estado.
Ha insistido a sus huestes que “no se me cansen, esto apenas está empezando”.
El ayuntamiento es una sucursal del PRI, pero su poder se limita a eso, en tanto que el de Gallardo se extiende a todo el estado.
En su momento, Marcelo de los Santos fue el primer panista del estado, pero entonces para los panistas era correcto que su visión de gobierno y de partido se impusiera a todo.
Gallardo no hace nada distinto a lo que hicieron otros gobernadores, lo que ocurre es que éste, no va por migajas sino por todas las canicas.
Para eso, necesita de aliados que son gobierno en los municipios y ahí encuentra mentalidades débiles y una ausencia total de principios, entonces todo resulta ser más sencillo de lo esperado.
Buena parte de las y los alcaldes desertores, no es la primera vez que pasan de un partido a otro, así que no debiera de sorprender que ahora se hagan de lado del partido en el poder.
Por decir algo: José Luis Mesa Vidales, alcalde de Tamazunchale, era priista, luego se fue a Morena y ahora está en el Verde.
Traicionan a sus partidos por pura y vulgar ambición, pero los partidos no pueden sentirse agraviados pues en el momento en que los postulan en lo único que piensan es en ganar votos, no les importa militancia, honestidad, decencia, rectitud, congruencia o responsabilidad social.
Las consecuencias ahí están: la mesa está dispuesta para una elección de Estado en San Luis Potosí.
La estrategia del Verde y Gallardo, es semejante a la postulada por la candidata del PRI-PAN-PRD a la gubernatura del Estado de México, Alejandra del Moral: “tomen su lugar en la batalla y hagan lo que saben hacer, para bien o para mal, queremos constancia de mayoría, no de buena conducta”.
El gobernador potosino, por supuesto, no aspira a erigirse como un demócrata, está actuando para ganar los comicios del año entrante.
¿O alguien espera que en las elecciones locales intermedias pierda el control del estado y que en 2027 entregue el gobierno al PAN o al PRI, si es que para entonces el tricolor aún existe?
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.
Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Ha sido docente de la Facultad de Ciencias de la Comunicación durante 25 años. Además, durante 30 años se ha desempeñado como periodista en medios como El Heraldo, El Mañana de Ciudad Valles, Pulso, Milenio San Luis, Diario Digital San Luis, Librevía, La Jornada, Global Media y actualmente en Astrolabio Diario Digital y Periodismo Político.com. También ha sido corresponsal de medios nacionales como Agencia de noticias Notimex, La Jornada y Milenio.