Por Victoriano Martínez
El 28 de noviembre de 2008, Andrés Manuel López Obrador, como presidente legítimo, se solidarizó con la lucha del Frente Amplio Opositor (FAO) contra la Minera San Xavier (MSX) en una asamblea informativa en Cerro de San Pedro, sobre lo que en el Comunicado del Gobierno Legítimo se describió así:
Ayer por la noche, López Obrador expresó su solidaridad con la lucha que libra el pueblo de Cerro de San Pedro en contra de la destrucción del patrimonio cultural e histórico y del daño ecológico que provoca el proyecto Minera San Xavier y ofreció asesoría legal y jurídica a las familias afectadas por la depredación del patrimonio ambiental de la región.
“Yo voy a ayudar en todo lo que esté de mi parte”, dijo aquella noche a los pobladores de Cerro de San Pedro y a los activistas del FAO.
Hoy, como presidente constitucional, López Obrador tiene mucho de su parte para ayudar a ese pueblo al que los gobiernos de Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto le dieron la espalda y permitieron la destrucción del patrimonio cultural e histórico y del daño ecológico que provoca el proyecto Minera San Xavier.
Si bien le quedan dos meses y medio como presidente a López Obrador, la continuidad de la Cuarta Transformación llevará a la silla presidencial a otra persona que también tuvo participación en aquella lucha contra la Minera San Xavier: Claudia Sheinbaum, como secretaria del Patrimonio Nacional de aquel Gobierno Legítimo.
Las consecuencias y los riesgos que éstas generaron se manifestaron el pasado lunes 8 de julio con el derrumbe de una barda tras un fuerte aguacero. No fue cualquier barda. Se trata de parte del muro de contención que se vio obligada a construir la Minera San Xavier (MSX) en 2005 para evitar que rocas desprendidas por las explosiones para abrir el tajo cayeran sobre el pueblo.
De continuar estos desplazamientos que son consecuencia de las detonaciones por la explotación minera, podría llegar hasta suceder incluso el hundimiento del pueblo, han advertido los activistas del FAO, hoy participantes activos en el colectivo Guardianes de la Sierra de San Miguelito.
Desplazamientos provocados por la operación de la Minera que no son el único peligro que dejó para el pueblo de Cerro de San Pedro. Sus pobladores ubican algunas zonas en las que la MSX dejó material suelto, que pudiera ser el que ahora se desplaza e incluso pudo ser el que provocó el derrumbe de la barda.
No se trata del único riesgo de tal magnitud. El uso de cianuro durante 12 años de lixiviación para extraer el oro de las rocas demolidas del Cerro de San Pedro representa una potencial fuente de contaminación de una parte de los mantos acuíferos que abastecen de agua potable a la zona metropolitana de San Luis Potosí.
Un panorama ante el que las acciones de evaluación de la magnitud del peligro que tales riesgos representan son una verdadera urgencia para establecer las medidas preventivas que pudieran evitar una tragedia. El pueblo se podría hundir, pero también podía comenzar a llegar a las llaves de las viviendas en toda la ciudad agua cianurada.
Si por parte del gobierno federal no se logró en este sexenio una comisión de la verdad para sancionar a los responsables de la depredación ecológica en Cerro de San Pedro, la llegada de Sheinbaum a la presidencia mantiene abierta esa posibilidad.
No obstante, es lamentable que el gobierno estatal, en lugar de prevenir los riesgos, se enfoque en pretender aprovechar la situación provocada por la depredación minera para promover turísticamente el gigantesco socavón que dejó la MSX.
En el arranque del sexenio de Ricardo Gallardo Cardona se iniciaron algunas acciones para trabajar de manera conjunta con la alcaldía de Cerro de San Pedro y conseguir que el lugar sea declarado Pueblo Mágico, cuando la única magia que ahí parece estar presente es que, a pesar de que bajo el pueblo cruzan cientos de túneles, no se ha derrumbado.
“Y mucha población, indolente e insensible visitando el Tajo de la ignominia, tomándose selfies, videos, maravillados de ver un cráter donde se encontraba nuestro Cerro imagen del escudo de armas de San Luis Potosí…”, reprochan justificadamente los activistas del FAO.
Las razones por las que no se logró la declaratoria de Pueblo Mágico muestran el abandono en que se encuentra Cerro de San Pedro: no cuenta con vías de transporte apropiadas, no tiene centros de salud ni educativos y la única trayectoria cultural vigente son los Festivales anuales organizados por el FAO.
Más que Pueblo Mágico, Cerro de San Pedro requiere ser declarado un poblado que enfrenta una situación de peligro latente que requiere la debida atención para determinar la magnitud de los riesgos, las posibilidades de enfrentarlos y las medidas preventivas que se deben tomar.