Ciudad de México, (14 de Abril).- Las chicas pin-up tienen los labios rojos y la cintura estrecha. Sus piernas infinitas y desnudas terminan en un par de zapatos de tacón, incluso cuando acaban de salir de la ducha. Son todo curvas perfectas desde los rizos al pecho, de los muslos al tobillo. Cuando nadie se atrevía a hablar de sexo, allá por los lejanos y felices años 20, ellas se fueron quitando la ropa y posaron para la posteridad. Gil Elvgren (1914-1980) fue uno de los artistas que pintó a estas mujeres de carne y hueso.
Gil Elvgren
Eran las chicas de calendario (“pinned-up” significa colgada en la pared) aunque también se las llamo “cheesecake” que, para los no golosos, significa tarta de queso. Imaginen el por qué. Gil Elvgren empezó su carrera en el 45 y terminó en el 72. En todo ese tiempo tuvo muchas modelos, algunas actrices tan famosas como Myrna Loy, Donna Reed, e incluso Kim Novak. De hecho, en los años 50, actrices que estaban empezando en Hollywood iban a ver a Elvgren a su estudio y le pedían que las pintara para luego aparecer en los calendarios. La mujer de Elvgren, Janet Cummings, también posó para él.
Gil Elvgren
Algunos dibujantes, colegas de Elvgren y miembros de la Sociedad de Ilustradores de Nueva York, le envidiaban. Decían que, aunque su labor no gozase del favor de la crítica, Elvgren tenía la suerte de pintar chicas guapas casi cada día mientras ellos cumplían a desgana con encargos aburridos y, a veces, mal pagados.
Gil Elvgren
En los años 50, Elvgren, que ya empezaba a hacerse famoso por sus encargos publicitarios, se mudó con su familia a una casa más grande y decidió montar un estudio en el ático, que tenía unos grandes ventanales por los que entraba la luz, el pincel más poderoso. Aunque al principio trabajaba en solitario, al poco tiempo contrató a un asistente que le ayudaba a fotografiar a las modelos y que preparaba el decorado -modesto, sencillo- que luego el pintor transformaba.
Gil Elvgren
Cuando le preguntaban qué modelos eran las que más le interesaban, Elvgren respondía: “La verdadera joya es la chica capaz de transmitir emociones muy distintas”. Las prefería muy jóvenes, entre los 15 y los 20 años, y que estuvieran despegando en sus carreras. Sólo entonces, decía , conservaban la espontaneidad que, con el paso del tiempo, va escondiéndose.
Gil Elvgren.
Sobre su técnica, el pintor explicaba que añadía sus “toque personal”, que consistía en dar más forma al pecho, alargar las piernas y estrechar la cintura, para hacer a la mujer más atractiva (y un poco menos real). También rellenaba un poco los labios, siempre rojos, y hacía los ojos más grandes. Elvgren cuidaba la escenografía, escogía con mimo el vestuario de la modelo y tardaba horas en decidir su corte de pelo. Cada detalle contaba. Después, tomaba la fotografía con una Rolleiflex y, al final, empezaba a pintar.
Gil Elvgren
“Muchas de las pinturas de Elvgren eran encargos publicitarios”, cuenta el ilustrador Fernando Vicente. “El anuncio de Copertone en el que aparece un perro bajando el bañador a una chica [en la imagen, arriba], lo hizo Elvgren”, explica. Varios de esos trabajos eran encargos de la editorial norteamericana Brown & Bigelow. En los años 40, era la mayor editora de calendarios en el mundo. Sus almanaques llegaban a 50 millones de hogares.
George Petty / Alberto Vargas
“La revista ‘Esquire’ [dirigida a un público masculino, principalmente] fue la primera en publicar ilustraciones pin-up, sobre todo de George Petty y Alberto Vargas”, continúa relatando el ilustrador (y coleccionista ‘pin up’) Vicente. Aquellos dibujos dispararon las ventas de la revista. En la imagen, a la izquierda, ‘La bailarina’, ilustración de George Petty. A la derecha, la actriz Olive Thomas dibujada por Alberto Vargas. Las chicas que pintaba eran conocidas como las ‘Varga Girl’ y también aparecieron en la revista ‘Playboy’.
U.S. Air Force
Los calendarios, muy populares en los 40, acompañaron a los soldados a la guerra. Bajo el ruido de las bombas, los combatientes miraban embelesados a esas mujeres colgadas en la pared, que rebosaban sensualidad y optimismo. Se convirtieron casi en un amuleto patriótico. En la imagen, varios soldados posan frente al bombardero estadounidense Memphis Belle, que llevó a cabo 25 misiones de combate en 1943. En el morro del avión aparece una chica pin-up, diseño del artista George Petty.
Gil Elvgren
Un desnudo por año. Ése era el acuerdo al que Elvgren llegó con la editorial norteamericana Brown & Bigelow. Y, a veces, ni eso. Pero como al ilustrador le gustaban los desnudos, solía hacerlo en su tiempo libre. Sin embargo, casi ninguno se conserva en la actualidad, según explica Charles Martignette ‘The Great American Pin-up’, libro referencia sobre este arte.
Gil Elvgren
En la actualidad, Louis K. Meisel, uno de los mayores coleccionistas de arte pin-up y tratante de arte, ha recopilado gran parte de la obra de Elvgren en la galería Great American Pin-up, que forma parte de la galería Louis K. Meisel.
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A partir de aquí, más imágenes que muestran, a la izquierda, la modelo y, a la derecha, el cuadro final.
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Fuente: EL Mundo