Ciudad de México (27 de octubre de 2016).- Un Clásico Nacional extraordinario, el más importante en casi una década, regresó a las Chivas al paraíso y dejó a América tendido, entre lamentos por una doble derrota sufrida ante su rival más odiado en el semestre que celebra su centenario. Ganaron los rojiblancos por 4-3 en penales (1-1 en tiempo regular), le dieron lustre a la humillación del torneo de Liga y ahora miran la final de la Copa MX, donde enfrentarán al Querétaro.
Mientras Ricardo Antonio La Volpe le dio juego a su mejor once, Matías Almeyda determinó poner a un cuadro repleto de suplentes, sin que eso significara que fuera menor en calidad.
El encuentro se rompió con una genialidad de dos jugadores a favor de las Águilas: Oribe Peralta, quien pudo sacudir su marca para asistir a Michael Arroyo por el costado derecho, y el otro, el propio ecuatoriano, quien marcó en el minuto 20 con un riflazo imposible para José Antonio Rodríguez tras realizar una bicicleta.
Chivas buscó el empate de manera airada apenas se vio abajo, pero ahí fue cuando la figura de González se encumbró. Cuando los azulcremas flaquearon, apareció con intervenciones prodigiosas para mantener el cero en su arco. Detuvo dos remates a Carlos Peña que tenían etiqueta de gol, y agradeció su fortuna cuando un tiro de Néstor Calderón cimbró el travesaño.
Fue demasiada la insistencia rojiblanca, muchos minutos dentro del área azulcrema hasta que encontró el empate. En el minuto 70, Alan Pulido (en fuera de lugar)se encontró un balón y con una especie de tijera mandó el balón a las redes para hacer estallar un partido que ya estaba bueno. Mandó el juego a los penaltis, en un duelo que terminó en pequeña bronca.
Por Chivas acertaron Pereira, Alanís, Cisneros, Zaldívar y falló Pulido, mientras que por las Águilas marcaron Ibarra, Álvarez, Sambueza. La historia se decretó cuando Goltz y Mares fallaron sus cobros y generaron así una de las victorias más dulces en la historia reciente del Rebaño. Es el primer fracaso del América en su Centenario.
Goltz mandó el esférico por los aires, mientras que el disparo de Osmar alcanzó a ser desviado por el portero José Antonio Rodríguez.
Fuente: Excélsior.