“Ciclovías-propaganda”, el obstáculo para la movilidad ciclista

Por Victoriano Martínez

El panorama actual de las ciclovías que hay en la ciudad muestra que el mayor reto para desarrollar un verdadero proyecto que fomente el uso de la bicicleta como medio de transporte es hacer a un lado cualquier intención de contar con ciclovías-propaganda, es decir, esas que se construyeron para la foto y no para resolver el problema de movilidad.

Un vistazo a la imagen del plano de la ciudad con las ciclovías que hoy existen, como el que presenta el IMPLAN en el documento “Red de Movilidad Ciclista para el Municipio de San Luis Potosí”, es una muestra visual de la dispersión de los esfuerzos para atender necesidades de la población cuando el objetivo es buscar el lucimiento personal.

Una ciclovía por aquí, otra ciclovía por allá, cual que fueran oasis para el pedaleo en condiciones seguras, pero que surgieron de la intención de algún alcalde, o hasta jefe delegacional, para quedar bien con algún sector de la población, o de plano promocionarlo masivamente para ganarse una imagen de gobernantes amigables con el medio ambiente.

Así lo hizo en su momento Mario García Valdez con el corto tramo de ciclovía por la avenida Seminario en 2013, y también Xavier Nava Palacios cuando, con un recorrido en bicicleta, inauguró en 2019 la ciclovía de la avenida Himno Nacional.

La ciclovía de la avenida Seminario, a pesar de sus 11 años de existencia, no conecta con ninguna nueva vía para bicicletas y la más cercana se encuentra a cuando menos cuatro kilómetros de distancia.

La ciclovía de la avenida Himno Nacional, la más larga de las 14 existentes, a cinco años de existencia, tampoco conecta con ninguna otra, y la que se construyó después, la de la avenida Carranza, se encuentra a casi dos kilómetros de llegar a conectar.

La distancia más cercana con otra ciclovía es con la Carlos Canseco, que se encuentra a casi 480 metros. No obstante, de acuerdo con el documento del IMPLAN, esa ciclovía se encuentra entre las cuatro que existen, pero no se usan.

El panorama de las 14 ciclovías que se incluyen en el estudio del IMPLAN muestra que sólo se usan 14, en la mitad, los automovilistas no las respetan, seis sí son respetadas y en una existen tramos en los que sí la respetan y otros en los que no.

Sólo cinco ciclovías de las reportadas como existentes no hay obstrucciones en la ruta. En las otras nueve los ciclistas deben evitar obstáculos. Por si fuera poco, sólo en seis se cuenta con amortiguamiento que da seguridad al ciclista, en tanto que en las otras ocho corren riesgos.

De las 14, sólo una ciclovía cuenta con intersecciones seguras para los ciclistas, en tres más se tienen algunas intersecciones seguras, en tanto que en las otras diez todas las intersecciones resultan inseguras.

En la mayor parte de los recorridos que se pueden a ver en bicicleta en esas 14 ciclovías no hay tramos sombreados: seis se reportan sin un solo tramo de sombre, cuatro con “algunos” y otros cuatro con “pocos”.

El IMPLAN detectó que sólo una de las 14 ciclovías se encuentra limpia. Del resto, una la calificó con limpieza “regular”, una más con limpieza en “algunos tramos” y las 11 restantes como no limpias.

Las 14 ciclovías acumulan una longitud de 49.26 kilómetros. La más larga es la de Himno Nacional con 9.26 kilómetros y la más corta es en el Camino a Santa Rita con 780 metros.

¿Qué tanto logrará la actual administración municipal incorporar ciclovías que constituyan una verdadera red que conecte los distintos rumbos de la ciudad con la bicicleta como medio de transporte?

¿Qué tanto evitará el alcalde Enrique Galindo Ceballos hacer rodadas inaugurales en cuanta ciclovía se concluya –si es que eso ocurre– para aparecer en gacetillas y publicaciones en redes con alcance masivo, sin que le importe que formen parte de una real red de movilidad?

Los trayectos planteados en la Red de Movilidad Ciclista como propuesta muestran conexión entre las ciclovías, pero no es la primera vez que se plantea algo así y al final lo que se concreta son tramos aislados como ocurrió con las de Himno Nacional y Venustiano Carranza, que terminaron como ciclovías-propaganda.

¿Romperá Galindo Ceballos con esa tendencia? ¿O simplemente le ganará su afán tan acreditado de promoción personal?

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