María Ruiz
Residentes del Barrio de San Miguelito y automovilistas que transitan por la zona se vieron sorprendidos este 30 de abril por el cierre repentino de la calle Miguel Barragán, entre prolongación Pedro Vallejo y avenida Juárez. Esta situación generó un caos vial desde las 7 de la mañana, lo que afectó la movilidad de los habitantes y conductores.
La falta de aviso previo sobre el cierre ha desencadenado complicaciones adicionales, exacerbadas por la escasa respuesta de las autoridades locales.
A pesar de la necesidad de una reorganización vial, la presencia de un solo agente y una patrulla de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana Municipal resulta insuficiente.
“Es necesario que haya coordinación entre los dos niveles de gobierno, cómo es posible que Seguridad Municipal no haya emitido un informe o un aviso sobre el cierre de estas calles. Siempre, siempre lo hace cuando hay un incidente; me pregunto por qué en este momento no avisó, así los conductores hubiéramos tomado otra ruta”, comentó un conductor afectado.
En un intento por dirigir el tráfico, un trabajador de las obras de rehabilitación de la Secretaría de Desarrollo Urbano, Vivienda y Obra Pública (Seduvop) sin capacitación en tránsito o seguridad vial, desvió el flujo vehicular hacia la calle Gómez Farías, lo que provocó molestias entre los conductores, pues el trabajador arremetió contra los automovilistas por su molestia ante la congestión vial.
“Este trabajador, sin formación en tránsito o seguridad vial, se encuentra desviando el flujo vehicular hacia la calle Gómez Farías. ¿Quién lo puso ahí? Aparte hace comentarios poco profesionales, como ‘el pitar no cambia las cosas’ o ‘ni modo, se aguantan’. Llevamos más de media hora tratando de salir de este tráfico y no podemos”, aseguró una conductora afectada.
Además, la situación ha generado peligros para los peatones, especialmente con la obstrucción de las rampas para personas con discapacidad debido a los escombros que se dejaron en la calle 5 de Mayo, ahora que fue abierta por completo para continuar con los presuntos trabajos de rehabilitación.
El obstruir las rampas en las calles tiene consecuencias significativas para las personas con discapacidad y movilidad reducida, las cuales afectan a los peatones y a los usuarios de sillas de ruedas o dispositivos de movilidad.
“Tener las rampas bloqueadas por escombros, vehículos estacionados o cualquier otro obstáculo, limita a las personas con discapacidad, porque no pueden acceder a las aceras o cruzar la calle de manera segura. Esto limita su independencia y movilidad”, comentó un comerciante de la calle 5 de Mayo y quien tiene un adulto mayor con discapacidad a su cargo.
Ante esta situación, la comunidad exigió una mejor planificación y comunicación por parte de las autoridades para evitar incidentes de este tipo en el futuro.