Cínicos engañabobos

Por Leonel Serrato Sánchez

La semana pasada asistimos a la demostración de cinismo más grande de que ha sido capaz la Asamblea de vagos que usurpa la Soberanía Popular en el Congreso del Estado.

24 simuladores violentaron de la manera más descarada la voluntad de la gente, y literalmente se burlaron de todas y todos los potosinos.

Y es que tras la expulsión que sufrieron los impresentables en Ciudad Valles a manos de una heroica ciudadanía huasteca, en la sesión del 29 de junio pasado se apertrecharon, rodeados de guaruras, de supuestos agentes de la policía disfrazados, sin uniforme y ocultando sus armas, sesionaron en medio de una lluvia de mentadas de madre, bien merecidas todas.

¿Usted cree que les importó que les presidía un presunto delincuente? ¡Todo lo contrario, se comportaron como él!

Durante toda esta crisis de credibilidad que padece la LXI Legislatura del Estado intenté persuadirme, y persuadirle a Usted, de encontrar al garbanzo de a libra entre esas y esos truhanes, sabedor de que me estaba mintiendo, y lo peor, mintiéndole a mis lectores. Después de esa infausta demostración de falta de vergüenza, no me queda sino pedirle perdón por querer hacer pasar por decente a alguien dentro de esa Asamblea indecorosa.

¿Pues qué fue lo que pasó?

Mire Usted, tras la demostración de que en el Congreso el grupo circense estaba literalmente vendiendo la posibilidad de que se saquearan las arcas públicas impunemente –recuerde que el ahora diputado local con licencia, Enrique Flores Flores ofreció a un Presidente Municipal el participar de una “ecuación” para que le perdonaran un supuesto desvío de dinero de nuestros impuestos mediante la paga de un porcentaje de lo robado– quedó claro que esa estructura corrupta no podía tener lugar sin el conocimiento de todas y todos los diputados.

Esa trama de iniquidad evidenciaba que participaban –y quizás participen todavía– no sólo los 27 integrantes del Congreso, la Auditoría Superior del Estado, los empleados, los presidentes de varios ayuntamientos con casos de corrupción, los líderes de los partidos políticos implicados, sino también los otros dos poderes, y hasta los responsables administrativos de entidades autónomas, todos los que manejan dinero público, y que lo hacen con ánimo de lucrar. Más sospechosos son hoy los que no tuvieron observaciones a sus cuentas, porque nos hace suponer que le entraron al unto.

Al tener lugar la revelación del video de Flores Flores se generó una enorme irritación en los más diversos sectores de la población, porque si bien sospechábamos de la abierta e impune disposición de los recursos públicos para engordar las carteras de los funcionarios, quedó todo absolutamente confirmado.

El rechazo de la sociedad tuvo su primer objetivo en la persona de las diputadas y los diputados, porque ya habían abonado al descrédito con sus vergonzosas actuaciones, y su soberbia sin límites.

La inconformidad fue creciendo tras el escándalo de la “ecuación corrupta” y alcanzó su clímax cuando se volvieron francamente indeseables al torturar las libertades ciudadanas, como ocurrió con Su Servidor, a quien el Congreso del Estado dedicó una hora y media para insultarme hasta que se saciaron, hecho de suyo inédito en la historia de México, que el Pleno de un legislativo intentara censurar a un opinador so pretexto de haber incurrido en supuestas expresiones misóginas, lo que luego quedó demostrado que era falso; sin dejar pasar el insulto directo y grave que un diputado del altiplano profirió en contra de Juan Manuel Carreras López.

Así llegaron a Ciudad Valles, previo acudir a Xilitla a una sesión del Pleno, y si bien en el Pueblo Mágico sólo fueron increpados, en la Capital Huasteca les echaron con fuertes recriminaciones por la vergüenza que nos hacen pasar a toda la ciudadanía, sin permitirles sesionar.

Cuando se acercaba el 29 de junio, y tras comprobar que la renuncia del Auditor Superior del Estado y 14 de sus colaboradores no le bastaban a la ciudadanía para alcanzar un mínimo grado de tolerancia con la Asamblea de vagos, tres de los cuatro diputados de la “ecuación corrupta” pidieron licencia para ausentarse de sus cargos por tiempo indefinido, responsabilizando a la Procuraduría General de Justicia del Estado de las investigaciones.

El cuarto de los supuestos mafiosos se encerró y se negó a pedir licencia, y como ha sido la norma, el Titular del Poder Ejecutivo garantizó con su silencio e inacción el que hiciera el susodicho lo que le salía del forro de sus prendas de pascua.

Para garantizar la impunidad e intentar paliar el inmenso descrédito de los saltimbanquis, prefirieron insultar a la sociedad, engañándola y manipulando así a las organizaciones ciudadanas.

Acordaron los 24 asistentes a la sesión del jueves 29 de junio el no hablar, el no ponerse de pie y ser cómplices de la afrenta; todos formaron parte de un acuerdo leonino para sacarle la vuelta al deseo del Pueblo, y lo hicieron sin pudor, canjeando el aprobar las ya otorgadas licencias de los tres sospechosos y el rechazo de las cuentas públicas sucias, amagando con no hacerlo si se impedía la sesión en demanda del retiro del líder de la bancada del Partido Verde.

En la maquinación obscena e inmoral tuvieron interlocución con algunos dirigentes de la sociedad indignada.

Resulta increíble que esas personas que usurpan la Soberanía Popular puedan llegar a extremos francamente inadmisibles, como el hacerse pasar por decentes e íntegros, siendo como son, la suma de todas nuestras vergüenzas.

No se engañe, todos los integrantes de la Asamblea de vagos son igualmente criminales, véalos bien, desconfíe de ellos, repúdieles, y hágales saber que no lograron engañarnos, no a la gente, quizás sólo a los que en ese momento estaban al frente, y por un momento.

La firma que plasmaron esos impresentables en una suerte de manifiesto por exigencia de un organismo de la iniciativa privada, no tiene valor, porque quienes firmaron son indignos de la más mínima confianza, sólo un crédulo inocente o un cómplice rapaz les puede creer.

Desde luego que los infames se salieron con la suya, lograron en sus últimos dos días de sesiones del periodo ordinario aprobar lo que quisieron  y como quisieron; desde aquí los vemos podridos, atragantándose con su soberbia, y felices de seguirse revolcando en su lodazal y podredumbre, disfrazando su complicidad y vileza con una supuesta institucionalidad.

La sociedad ya los vio, ya sabe quiénes son, y lo peligrosos que resultan.

La trama corrupta es una felonía, pero la simulación, el engaño, el cinismo y la soberbia de que hacen gala, es asquerosa. Los 27 son asquerosos, deben irse todos.

Temario

¿Le darán seguimiento los “frentes” y las organizaciones “ciudadanas” a los papelitos que les firmaron los vagos?

Leonel Serrato Sánchez

unpuebloquieto@gmail.com

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