Ciudadanía al peor postor

Abelardo Medellín Pérez

El gobernador del estado de San Luis Potosí, Ricardo Gallardo Cardona, está armando una caja chica al interior de su gobierno, con pretensiones de comprar con ese dinero algo que le es indispensables: supervivencia política.

Gallardo tiende a denunciar que los gobernadores del pasado, usaban las pensiones, las obras, los programas, los fondos y otros conceptos para extraer dinero del gobierno y así crecer ilegalmente su patrimonio.

De esto pocas han sido las pruebas, aunque a nadie le queden dudas de que así fue en algunos casos. Sin embargo, lo indolente y cínico de las acusaciones, no es que sean falsas, sino que el gobierno de la Gallardía hace lo mismo, pero con su propio estilo.

La actual administración se ha vanagloriado de su efectividad a la hora de ejercer el gasto, pero a la hora de pagar a aquellas personas con quienes de verdad tienen responsabilidades financieras por motivos administrativos, el gobierno de Gallardo Cardona no da pie con bola.

Todo le ha salido mal (seguramente a propósito) a la hora de pagar las cuestiones que de verdad importan cuando de gobernabilidad se trata.

No solo dejó de pagar la deuda que tiene con la Dirección de Pensiones del Estado, sino que en su administración el adeudo con la dirección aumentó un 70 por ciento. Su gobierno ha contribuido a la debacle del FOPRESYR26 de la sección 26 del SNTE, por no pagar al mismo las responsabilidades pendientes que tiene con este. Ha jineteado los recursos que adeuda con el Consejo Estatal Electoral y de Participación Ciudadana (CEEPAC) a tal grado que el Instituto Nacional Electoral (INE) ha reconocido que la mezquindad del gobierno puso en riesgo alto la operatividad del organismo electoral. La administración a su cargo adeuda a la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP) más de 187 millones de pesos. Ha estrangulado los procesos para solicitar recursos de las escuelas públicas del estado, a tal grado que los directivos de planteles prefieren cancelar actividades de alumnos, antes que tener que pedir dinero a la Secretaría de Educación del Gobierno del Estado (SEGE), y por si todo lo anterior pareciera poco, el gobernador puso en jaque al poder judicial a inicio de este año por no aportar su parte proporcional al fondo de ahorro de los trabajadores de este sector.

A esta amplia lista de malas decisiones financieras que tiene Gallardo Cardona a cuestas, se suma esta semana la información que ha revelado la empresa Veolia, encargada de operar la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales de Villa de Reyes, misma que, desde hace dos años, ha tenido problemas para cobrar las tarifas que le adeuda la Comisión Estatal del Agua (CEA); esto quiere decir que la empresa, también se va con la promesa de pago que extiende a tantos esta administración, pero que nada vale a la hora de intentar cobrar.

La morosidad del gobernador no es un rasgo emergente de su personalidad, es la naturaleza misma de su proyecto de gobierno y la beta a través de la cual alimenta sus proyectos e intereses políticos más personales.

Como dijimos, no es nueva esta resistencia a ser responsable; desde que inició la administración, Gallardo Cardona amenazó, en un desplante de diplomacia, a los proveedores del gobierno y les dijo que simplemente no les pagaría. Y con la misma mano que amenazaba en incurrir en impagos millonarios, despidió a decenas de trabajadores basificados de gobierno recortando el cuerpo burocrático ya con experiencia en sus áreas y sustituyéndolos por trabajadores de “confianza” que presume por su compromiso, pero en realidad mantiene por la simpleza con que puede prescindir de ellos.

Hasta el día de hoy, no se ha comprobado si alguno de estos “ahorros”, es desviado para enriquecer a la familia de Gallardo Cardona por debajo del agua, pero ese dinero que el seguro es desviado a una causa más redituable: comprarle más vida política al proyecto de la Gallardía.

Al gobernador no le importa robar ahora, porque el dinero se acaba después de que lo gastas, pero si el recurso que ahorra con sus irresponsabilidades es puesto en programas para coaccionar al votante, estructuras para presionar ciudadanos y espectáculos para distraer la atención del electorado más joven, entonces no es un gasto, sino una inversión en más oxígeno para sus intereses.

El gobernador no está interesado en saquear las arcas públicas como dice que lo hicieron otros, porque el interés de la Gallardía está en hacer que su proyecto político se extienda en el tiempo no en capacidad económica personal. Gallardo no está pensando en cómo hacer un guardadito para su jubilación, está pensando en malversar recursos de pensiones para asegurar que su esposa sea la próxima gobernadora. Gallardo no quiere tomar el dinero de la UASLP para él, quiere desviar dichas aportaciones a la campaña de sus cercanos y que así todos sus leales súbditos tengan cargos al menos por otros tres años. A Gallardo no le interesa guardarse en la cartera los ahorros ilegales de no pagar a proveedores, quiere poner a trabajar ese dinero para que la ciudadanía lo vea como el líder paternalista al que le deben la comida que se llevan a la boca.

Cuando llegó a la gubernatura, Ricardo Gallardo prometió que el dinero del gobierno sería repartido entre la gente, lamentablemente, nadie nos avisó que no era un regalo, sino una transacción, en la que nosotros somos el producto, y el gobernador, el comprador.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.

Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Maestrando en Estudios sobre la Democracia y Procesos Electorales en el posgrado de Derecho de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Ha trabajado como reportero y columnista en los medios digitales La Orquesta y Arco Informativo; actualmente es reportero de Astrolabio Diario Digital. Ha sido acreedor de dos premios estatales de periodismo en las categorías de Artículo de Fondo y Periodismo Regional.

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