Estela Ambriz Delgado
Ante el insuficiente trabajo de las autoridades correspondientes, para la conservación del Área de Protección de Flora y Fauna (APFF) Sierra de Álvarez, y la necesaria eliminación de plagas que recientemente han incrementado en el arbolado, propietarios de predios, pobladores de comunidades y ejidos, así como voluntarios de la ciudad de San Luis Potosí, conformaron la Asociación Civil “Sierra Viva”, con la que podrán recabar donativos para hacer frente a la problemática.
En un evento que se llevó a cabo el pasado martes 27 de febrero en el Valle de los Fantasmas, se dio a conocer la formalización de la AC con el apoyo de Rocío Medina Van Nierop, quien forma parte a su vez de la Asociación Potosina de Montañismo y Espeleología (APME), y buscará obtener recursos mediante un instrumento internacional conocido como “créditos de carbono”, con los que empresas invierten en proyectos que mitiguen los gases de efecto invernadero.
Medina Van Nierop explicó a los integrantes de Sierra Viva, que la asociación será la encargada de recaudar los recursos, así como de conformar los proyectos que se someterán a concurso y venta de créditos de carbono, con los cuales se permite a empresas y países compensar sus emisiones de dióxido de carbono (CO2) más difíciles de eliminar, a través de la inversión en proyectos de captura de CO2 o reforestación.
Un crédito o bono de carbono es una unidad que representa una tonelada de CO2 equivalente o absorbida en la atmósfera, una vez generados y certificados por el Carbon Development Mechanism (CDM), el Gold Standard o Verra, estos créditos pueden ser vendidos.
La activista y espeleóloga dijo a los asistentes que es un proyecto muy grande con el que se busca reactivar la economía para la vida digna de la gente, y se puede hacer a través de trabajar en la reforestación y el saneamiento del agua, con la colaboración de toda la gente posible, pues aunque se solicitarán recursos a las autoridades federales y estatales, no dependerán de ello.
“No es algo que va a tardar dos meses, va a tardar años, pero lo podemos implementar, pero implica que todos cooperemos (…) vamos a hacer lo nuestro y si nos pueden subsidiar bien, pero aquí vamos a asegurarnos que todos tengan agua limpia para tomar y que puedan vivir dignamente sin poner en riesgo el medio ambiente”.
De igual manera Rocío Medina indicó que con los recursos obtenidos se podrá pagar a profesionales en Ecología, Biología, Hidrología, ingenieros forestales especialistas en plagas, entre otros, para que se puedan atender de manera puntual las problemáticas en el Área Natural Protegida, así como medir la calidad del agua y analizar la posibilidad de construir represas y viveros, así como proteger la fauna endémica de la zona.
La necesidad de organizarse surgió ante la insuficiente atención de la Comisión Nacional Forestal (Conafor) y la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), para poder solucionar el problema de plagas que enfrenta el arbolado de la sierra, pues como lo señala Rosario Tristán, integrante de “Sierra Viva”, en estas dependencias les argumentan que deben ser los particulares y los pobladores quienes paguen técnicos para llevar a cabo los saneamientos, y no cuentan con los recursos suficientes.
“Pues con las autoridades con los dependencias, lo que nos pasa muy seguido, es que vamos y pues hay que pagar nosotros los técnicos y no tenemos dinero. Nosotros no tenemos dinero para pagarle al técnico los saneamientos y pues a fin de cuentas el técnico está monopolizado por ellos”.
Asimismo, la ciudadana que forma parte de esta AC indicó que la misma se funda única y exclusivamente para trabajar en el APFF, a fin de conservar la flora y fauna del sitio, pues las autoridades incluso criminalizan actividades que los habites llevan a cabo, como la protección de especies de biznaga que se encuentra en peligro de extinción.
Rosario Tristán dijo que la asociación cuenta en cada comunidad y ejido del APFF con alrededor de 16 personas, que son quienes tienen mayor conocimiento del área y experiencia, por lo que apoyan con el trabajo más difícil para conservar los árboles, y se suman 32 propietarios de predios, y voluntarios de la capital del estado.