Ciudad de México (25 de abril).- La pena de muerte que la Corte Suprema de Malasia dictó a los hermanos González Villareal, de origen mexicano, ha movilizado a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), donde su titular, Raúl González Pérez, pidió a las autoridades de ese país a través de un comunicado, que suspendan dicha condena “por respeto al bien supremo de la vida”.
El ombudsman dijo que no se opone a la imposición de penas, “porque dichas acciones se realicen dentro del Sistema Internacional de Derechos Humanos”, al que el sistema jurídico de México se acoge; sin embargo, “la vida representa el bien supremo del ser humano, y como tal, constituye el bien jurídico más valioso”, por lo que debe haber un reconocimiento y amparo como valor esencial de ese derecho.
El titular dijo que varios oficios fueron enviados a Abdul Halim, máximo gobernante de Malasia; Najib Tun Razak, que es primer ministro malasio, e Ibrahin Ismail sultán del gobierno de Johor. También incluyó al alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, y a Tan Sri Hasmy Agam, presidente de la Comisión de Derechos Humanos en Malasia.
Luis Alfonso, de 47 años, Simón, de 40 y José Regino González Villareal, de 37, fueron acusados de producción y tráfico de narcóticos. Finalmente, el máximo tribunal malasio ratificó el 23 de abril pasado, la pena de muerte contra los mexicanos. Con ese fallo, los hermanos agotaron sus vías legales en los tribunales en el caso que inició hace siete años, aunque su abogado informó que se pedirá una revisión judicial del mismo a la Corte Federal de Malasia en Putrajaya, la capital administrativa del país.
Los hermanos mexicanos fueron detenidos el 4 de marzo de 2008 junto a un ciudadano malasio y otro de Singapur, en un operativo que realizó la policía en una fábrica de la ciudad de Johor.
En la redada, agentes de la brigada antinarcóticos decomisaron cerca de 29 kilos de metanfetaminas, un cargamento valorado en 15 millones de dólares.
Fuente: CNN México.