Por Victoriano Martínez
Este miércoles la temporada de chapulineos, traiciones y trepadores con miras a las elecciones del próximo 2 de junio tuvo su primera parada con la presentación de los convenios de coalición ante el Consejo Estatal Electoral y de Participación Ciudadana (CEEPAC) y en ella un primer recuento de los resultados de la politiquería de los últimos meses.
Se conoció apenas un primer adelanto de la parte del resultado de las negociaciones para definir candidaturas que se puede hacer pública y que deja ver muy poco (más bien, nada) de los acuerdos vergonzosos que se pueden dar y que conocerlo requiere de un insólito acto de transparencia como el protagonizado por Marko Cortés, líder panista, en Coahuila.
Entre lo visible se encuentra el reparto de las postulaciones a los distintos cargos entre los partidos que integran las coaliciones que, al menos en el convenio de coalición PAN-PRI-PRD aparecen como listado del siglado, una relación que deja claro qué partido define qué postulación.
Entre lo visible del acuerdo abierto, resulta notorio que para el caso del municipio de San Luis Potosí se determinó que será el PRI el que defina la postulación, lo que da ventaja a las aspiraciones de Enrique Galindo Ceballos, quien ahora sólo tiene que convencer a sus correligionarios para ser postulado a la reelección.
¿Qué compromisos habrán quedado firmados en el papelito no de las letras pequeñas sino de las letras ocultas equivalente al difundido en Coahuila? ¿Habrá quién tenga la tentación de difundir el acuerdo cerrado? Mejor aún: ¿habrá quién quiera difundir el de hace tres años para exhibir la forma en que Galindo Ceballos le falló a los panistas?
En el caso de la otra coalición (Morena-PT-PVEM), los indicios sobre esas negociaciones ocultas no se dieron en el documento “visible” del que no se conoció la “lista de siglados”, sino en el acto mismo de la entrega de la solicitud de coalición en las oficinas del CEEPAC: el abrazo de la traición entre Rita Ozalia Rodríguez Velázquez y Eloy Franklin Sarabia.
Si hace tres años el intento de registro de esa misma coalición provocó un zafarrancho con el que morenistas locales la impidieron para evitar que Morena apoyara a Ricardo Gallardo Cardona por la gubernatura, en esta ocasión la sorpresa fue la asistencia de Rodríguez Velázquez y el diputado Cuauhtli Badillo.
Una acción vista como traición desde los círculos obradoristas locales, que además lo ven como uno de los pasos planeados por la gallardía para imponerse sobre los morenistas potosinos.
De entrada, resulta un avance en la intención de anular al ex superdelegado Gabino Morales y su grupo, a pesar de que se afirma que en la encuesta para la definición de candidaturas resultó el mejor posicionado, incluso por encima de Ruth González, la esposa del gobernador.
Una presencia de morenistas que nada tendrían que hacer en la entrega de esos documentos, pero que deja ver cómo la gallardía ha logrado infiltrar a Morena y coptar a personajes como la propia Rodríguez Velázquez, sobre quien ya hay militantes de su partido dispuestos a promover su destitución como dirigente estatal, aún en su condición de presidenta con licencia.
Tres pasos en los que ha avanzado la gallardía que la ponen en condiciones de cerrar negociaciones con Mario Delgado, el dirigente nacional de Morena, quien hace tres años se mostró abiertamente verde en el Estado, a pesar de su fingido apoyo a Mónica Rangel Martínez, candidata morenista a la gubernatura.
¿Qué hay en el acuerdo cerrado, el de las letras ocultas, para haber logrado avanzar en la nulificación del grupo de Gabino Morales y haber prácticamente atraído a sus filas a Rodríguez Velázquez, quien se oponía a esa coalición? ¿Se intentó “negociar” con Morales y tras fallar ahora hasta se sabe en su círculo que Delgado le pidió “no hacer olas”?
El hecho es que el siguiente paso consistirá en que la gallardía se hará del control de las decisiones sobre las postulaciones para mantener el control y sumisión del Congreso del Estado y las principales presidencias municipales… incluida la de la capital. ¿Se cierra el capítulo la tercera es la vencida para Leonel Serrato Sánchez?
Apenas se trata de la primera parada y nada está escrito en ambas coaliciones. De aquí al 10 de febrero, cuando cierren las precampañas, hay tiempo de sobre para circo, maroma y teatro a cargo de chapulines trepadores que presagian un espectáculo más denigrante que el que se dio durante el proceso electoral 2020-2021.