Colapso en el PAN

Antonio González Vázquez

Va de nuevo, pero sin argucias fraudulentas.

El mazo de la Sala Regional Monterrey del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, resonó con estruendo y demandó orden y legalidad en las truculentas filas de blanquiazul potosino.

Reponer la elección de la dirigencia estatal del Partido Acción Nacional, fue el mandato de obligado cumplimiento según el expediente SM-JDC-23-2025 y acumulados.

No más vilezas ni actos presuntamente ilícitos instruyeron por unanimidad las y los Magistrados a la Comisión Permanente del Consejo Estatal y al Comité Directivo Estatal.

Les exigen algo que no acostumbran hacer: ajustarse al marco normativo interno. Eso lo dejaron de lado al recurrir a triquiñuelas y chicanadas.

Todos los Comités Municipales del PAN deberán sesionar para reponer el proceso desde cero, bajo los principios de legalidad y certeza.

La sentencia es contundente y clara: “en atención a las características específicas del asunto y tomando en cuenta que el deber de resolver de forma completa y brindar certeza impone que se corrijan irregularidades que son evidentes, dado que en el caso se advierte la existencia de múltiples elementos que impiden conocer con certeza la voluntad de las estructuras municipales”.

Y añade: “es necesario se le convoque a sesión, en la que se respete la normatividad aplicable a fin de que se pronuncien nuevamente sobre si aprueban o no el método extraordinario para renovar el Comité Directivo Estatal”.

Para evitar que se repitan las marrullerías, el Tribunal fijó elementos a considerar en el procedimiento, es decir, lo ha blindado.

Por ejemplo, el acta de cada Comité Municipal deberá incluir: el quorum de la sesión de conformidad con la lista de asistencia; los oradores a favor y en contra de la propuesta y una breve descripción de los posicionamientos; el sentido de la votación, así como si fue aprobado por mayoría o de forma unánime de quienes asistieron a la sesión.

Además, deberán presentar evidencias fotográficas y/o audiovisuales de cada sesión.

Las actas originales en las que se determine el método de elección deberán ser presentadas a la Comisión Permanente del Comité Ejecutivo Nacional y acompañadas de copias certificadas.

Esa exhaustividad y rigor, obedecen a que se comprobó la duplicidad de actas, la falsificación de documentos y la usurpación de funciones en el proceso de origen.

El Tribunal identificó y asentó en la sentencia 18 presuntas irregularidades, entre ellas, la presión ejercida a integrantes de los Comités, así como la firma de documentos que no les permitían leer.

“Concretamente, al existir nueve casos de duplicidad de actas con la aprobación de métodos contradictorios; un caso en el que se indican presiones para aprobar el método extraordinario; tres casos en que, quien encabeza la estructura municipal, desconoce la sesión en que se aprobó el método ordinario; un caso en que, quien encabeza el órgano, desconoce la sesión en la que se aprobó el método extraordinario; un caso en el que integrantes del órgano señalan la negativa de quien encabeza la estructura municipal de remitir el acta en que se aprobó  el método extraordinario; dos casos en los que integrantes del órgano sostienen que personal del Comité Directivo Estatal les solicitó firmar documentos cuyo contenido no se les permitió leer; un caso en que solo se firmó por una persona el acta en la que se indica que se aprobó por unanimidad el método extraordinario; un caso en el que diversos integrantes del órgano municipal señalan que no se les convocó a sesión , aun cuando lo solicitaron”.

De ese tamaño el descaro para imponer el método extraordinario a la medida a Verónica Rodríguez.

La senadora reaccionó a la sentencia y prometió acatarla en todos sus términos, pero lo mismo había ofrecido tras la sentencia del Tribunal Electoral del Estado y la desacató.

Y como no ha aprendido la lección, amagó con acudir a la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

“Volveremos a realizar esta elección y lo digo claramente. Esta es una oportunidad para volver a ganar y demostrar nuestra unidad, la unidad de quienes sí amamos a nuestro partido y que buscamos que se fortalezca.

Hago un llamado a todos los Comités Directivos Municipales y a la militancia: cuidemos al PAN. No permitamos que nadie controle ni abuse nuevamente los principios del partido. Hoy más nunca hacemos un llamado a la unidad, pero con dignidad y principios”, dijo sin temor a auto flagelarse con sus dichos.

Ya al borde de la arrogancia, se atrevió a enviar un mensaje a la sociedad que azorada atestigua el colapso del partido: “estamos comprometidos con reconstruir un PAN más fuerte, libre de prácticas que en el pasado nos alejaron de nuestros ideales y convicciones. No buscamos dividir, sino sanar, busquemos construir juntos y lo haremos con la misma convicción de lucha utilizando todas las herramientas legales e institucionales que tengamos a nuestro alcance”.

Según la visión maniquea de la panista, ella y su grupo sí aman al PAN, los que se oponen no.

Ella y su grupo sí están en favor de la unidad, sus opositores no, éstos dividen, generan incertidumbre y polarización.

Ella y los suyos, sí actúan con dignidad y principios, los demás no.

Para acabar pronto: solamente ella puede reconstruir al PAN.

En los hechos, más allá de tan pretensa demagogia, la colisión panista a consecuencia de la abierta pugna por la dirigencia estatal, avizora daños irreparables de futura facturación electoral.

El interminable culebrón blanquiazul acentúa como cualquier historia barata, el argumento de nosotros los buenos y ustedes los malos, los dignos contra los indignos, los que aman al partido y los que lo desprecian, los que van por la unidad contra los que promueven la división.

Quizás no se están dando cuenta, pero están convertidos en auténtico partido del hazmerreír, basta verlos y escucharlos en su diatriba para despertar la burla por cuan bajo han caído en su politiquería. 

Acción Nacional lleva cuatro meses de puntual exposición de sus miserias internas. Hasta podrían darse el lujo de redactar un manual de lo que no debe hacer un partido político para elegir a sus dirigentes.

En sus sentencias, los tribunales han documentado el grado de estulticia que embarra las siglas del PAN.

Primero fue el Tribunal local y después la Sala Regional los que detallaron de manera explícita las ilegalidades en que incurrió el partido en el proceso de renovación de la dirigencia estatal.

El choque de trenes es de tal dimensión, que lo coloca como un partido que no respeta sus principios, doctrina, normas ni reglamentos internos al sustituirlos por una perversidad que prohijó probables actos delictivos.

El pleito que ha venido acaparando espacios en los medios de comunicación pone al partido ante el riesgo de ser visto por la ciudadanía como poco confiable y, por tanto, descartable como una alternativa electoral.

Las consecuencias, por hoy inimaginables, se concretarán en las elecciones del 2027. E incluso repercutirían en las aspiraciones del alcalde capitalino Enrique Francisco Galindo Ceballos.

De inicio soterrada, la batalla ha alcanzado niveles de hostilidad para escalar al nivel público en detrimento de su imagen: Sí, los conservadores han sido abrazados por el escándalo que ellos mismos provocaron.

Resulta incidental en manos de quienes quedará el PAN: los bandos en disputa están integrados por figuras cuya avidez por el poder los hace semejantes entre sí.

Así, a punto del colapso, deberá reponer la elección de su directiva estatal.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.

Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Ha sido docente de la Facultad de Ciencias de la Comunicación durante 25 años. Además, durante 30 años se ha desempeñado como periodista en medios como El Heraldo, El Mañana de Ciudad Valles, Pulso, Milenio San Luis, Diario Digital San Luis, Librevía, La Jornada, Global Media y actualmente en Astrolabio Diario Digital y Periodismo Político.com. También ha sido corresponsal de medios nacionales como Agencia de noticias Notimex, La Jornada y Milenio.

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