Por Antonio González Vázquez
Ahí lo tiene, es el gobernador combatiendo tan fiera como exitosamente la hambruna y la pobreza de los potosinos. No se sabe bien a bien la razón de su blanquísima y amplia sonrisa, pero es posible sospechar que se solaza del hecho de que nunca se verá en la necesidad de abrir una de esas despensas del programa comer sano, variado y suficiente, misma que entrega tan graciosamente a ese noble anciano que daría las gracias hasta por una tortilla dura. Es el municipio de Vanegas a donde fue el gobernador con su épica lucha contra el hambre, la desnutrición y la oscuridad de la pobreza. La despensa milagrosa entregada por el gobernador no solo tiene la virtud de hacer que el pobre deje de ser pobre sino que transformar su desdicha en felicidad. No hay manera de no paladearse una suculenta comida tan solo de pensar en el kilo de arroz y el par de latas de atún que contiene la despensa. Y qué decir del kilo de frijoles y el kilo de harina y los tallarines. Por eso ríe el gobernador. Es tan bonito ver a la gente feliz y sana. No ha sido fácil, con las despensas de comer sano, variado y suficiente, a los potosinos ya hasta se les ve robustos, cachetones y sanotes. La típica imagen del niño desnutrido, pálido y enclenque ha quedado sepultada en el olvido. Ahora con su despensa entregada por el gobernador hasta pueden dormir pacíficamente y hasta pueden soñar que tal vez un día venidero se podrán comer una chuleta o ya de perdido una hogaza de pan integral por aquello de comer sano, variado y suficiente. Está muy contento el gobernador por que siempre es grato el deber cumplido: combate a la pobreza y el hambre con entereza y hasta con gallardía (perdón por la publicidad) e incluso, se le ha contagiado al diputado priísta que por ahí asoma en la imagen y que se apellida Segovia. Por cierto, el diputado debería estar muerto de la risa puesto que su menú no baja de La Posada o La Vaca. Por cierto, una comida a manera de aperitivo para los diputados en una sesión del Congreso cuesta de 4 a 6 mil pesos. Pero lo cierto es que es tan completo el impulso contra la pobreza y contra el hambre que, para que los potosinos vean los resultados positivos, les regalan al mismo tiempo su foco ahorrador: o sea, para que vean a bajo costo, que ya no son pobres ni están hambreados. Según un comunicado de prensa de Gobierno del Estado, el gobernador, acompañado del presidente municipal de Vanegas, “entregó despensas y focos ahorradores, lo que permitirá mejorar las condiciones de vida de esa población”. No crea usted que es un sueño eliminar la pobreza y el hambre, es una realidad puesto que a decir del gobernador “se ha superado para la entidad la cifra record de focos ahorradores a cargo de LICONSA al alcanzar los cien mil paquetes en beneficio de igual número de familias”. ¿Acaso no es tan tierno y tan bonito ver a los potosinos tan bien comidos y llenos de luz por la noche?