Óscar G. Chávez
La reunión del líder nacional del PAN, Marko Cortés, con José Luis Romero Calzada (Tekmol) no sólo demuestra que este partido, asociado tradicionalmente con la derecha y el conservadurismo, se encuentra sin fuerza política en el estado, sino también que su dirigencia se encuentra desesperada por sumar a sus filas a alguien que le pueda garantizar en las próximas elecciones el triunfo en al menos una alcaldía, y, por otro lado, la evidencian como una dirigencia títere, desgastada por la desmedida voracidad de su verdadero dirigente, el diputado federal Xavier Azuara Zúñiga.
En vísperas de la reunión al primero que se le calentó la boca dejando entrever la magnitud de la reunión en su domicilio fue al Tekmol, como que se moría por hacerlo del conocimiento público; pero ése no fue el problema, en su casa cada quien recibe, por muy impresentable que sea, a quien se le pegue la gana. El verdadero problema comenzó desde que el invitado, y seguro a manera de aperitivo, le dio por acusar al gobernador de todo eso que ya sabemos de oídas pero que no nos consta ni se puede probar. Bueno, problema para los panistas potosinos que acabaron santiguándose precautoriamente y otros, educadamente, disculpándose de los excesos verbales de su dirigente.
Y tienen razón, para qué dañar las tan cordiales relaciones que llevan con el gobernador y exponerse a que los utilice para su boxeo de sombra; pero llama la atención por qué si actúan con tanta moderación e inteligencia siguen soportando las patéticas determinaciones de Azuara, no en beneficio del partido sino de su persona. Al paso que van las cosas no sería extraño que buscara imponer a su hermano en la candidatura a la alcaldía de la capital y él busque dobletear o trate de agenciarse una senaduría.
Cada quien, a los panista potosinos (que según ellos son muy combativos y de mucha dignidad) les gusta llenarle los bolsillos al otro Xavier.
Tampoco hay mucho que hacer, la falta de organización colectiva, ausencia de planeación y estrategias también se contagia, más ahora que ésa es una de las premisas de gobierno; primero aventarse como el Borras y después ver si hubiera resultados, que al cabo entre la aventura y lo que viene igual se les olvida; mientras la alharaca.
La muestra más reciente es el pleito que supuestamente emprendió gobierno del estado contra la empresa Coconal por el control o desaparición de las casetas de peaje en estas vías de acceso a la Zona Industrial. Con todo y lo que digan el gobernador y su general de gobierno, incluida la estrategia jurídica maestra que no se puede revelar, el caso ya lo tienen perdido, y no por otra cosa sino por el grosor de los blindajes con que se protegen estas empresas.
El tratar de, ya no digamos derrotar, sino obtener alguna concesión de estas empresas es prácticamente imposible; tan lo es, que el gobernador se quedó sin recursos argumentativos y materiales para emprender la pretendida renovación del puente de Universidad. Contra la compañía ferroviaria de nada valieron las diatribas que utiliza para apalear a un presidente municipal buena ondita, aquí simplemente topó con pared.
Sin embargo, por bien del estado, esperemos que el pleito legal, que dicen emprenderán, no se les revierta; porque después, aunque digan que no, para no evidenciar sus dislates acaban haciendo como que no dijeron nada. ¿Ya se le olvidarían las amenazas incumplidas contra el Insabi?
Otros ejemplos hay por esa falta de planeación y consenso, si no hay que voltear a ver las que está padeciendo el acalde Galindo por no asesorarse adecuadamente (o por no contratar asesores capaces) en el asunto del alza de impuestos municipales. Al parecer no entendió, porque no quiso, el rechazo al incremento en las tarifas de Interapas; pero al menos siguen allegándose de recursos en las multas de Tránsito y con una voracidad digna de reconocimiento por su efectividad (así implique retener la placa vehicular ilegalmente).
Todo esto para decir que ni el PAN, ni el Tekmol, tienen mayor posibilidad de triunfo. Si cuando pudieron no lo lograron (aquellos con la aplanadora desbielada que resultó ser su candidato y éste con sus más de cien mil votos), menos ahora que Gallardo tiene –gracias a ellos– el control total del estado. Sueños guajiros.
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.