María Ruiz
En los últimos días, la sociedad civil organizada ha sido testigo de un acto indignante que ha causado revuelo y conmoción. Se trata de la obstaculización del mural en honor a las víctimas de feminicidios, el cual fue realizado en colaboración con diversas organizaciones y colectivas como Narrativas Dignas y Por ellas, Por Todas y Por Nosotras, comprometidas con la memoria y la justicia para las mujeres que han perdido la vida de manera violenta.
El mural, inaugurado el 18 de mayo de este año, se ha visto tapado parcialmente por la instalación de dos estaciones de baño público en las inmediaciones del lugar.
Esta acción ha generado gran malestar entre los familiares de las víctimas y activistas defensoras de los derechos humanos, quienes consideran que se ha faltado al respeto a la memoria de las mujeres que ya no están y se ha desvalorizado su lucha por justicia.
Una de las voces críticas más destacadas ha sido la de Sofía Viramontes, defensora de los derechos humanos de las mujeres y víctima colateral del feminicidio de su hermana, Lupita Viramontes, en 2012.
Sofía expresó su indignación y rabia al ver cómo el mural, que representa un tributo sentido a las mujeres víctimas de feminicidio, ha sido parcialmente cubierto por baños públicos.
“No se ha respetado la memoria de nuestras hermanas e hijas. No sabemos el origen de estos baños públicos, entendemos que es un espacio necesario, pero también había otras opciones para su colocación sin interferir con el mural. Exigimos a las autoridades correspondientes que presten atención a este hecho, no podemos permitir que se revictimice a las familias de las víctimas y se cometan este tipo de actos impunemente”.
A pesar de las gestiones realizadas por las familias de las víctimas, incluyendo el contacto con la Comisión Ejecutiva Estatal de Atención a Víctimas (CEEAV), hasta el momento no se han tomado medidas para remediar la situación.
La falta de respuesta por parte de las autoridades competentes ha generado frustración y enojo entre los afectados, quienes ven cómo sus reclamos por justicia y respeto caen en oídos sordos.
Ante la inacción de las autoridades, las familias de las víctimas han advertido que se verán obligadas a tomar acciones más contundentes para corregir esta situación. Han dejado claro que su lucha no es un juego ni una burla, sino una demanda legítima de justicia y respeto por los derechos de las mujeres que han sido víctimas de feminicidio.
“La obstaculización del mural a las víctimas de feminicidios en San Luis Potosí es un reflejo de la falta de sensibilidad y compromiso de las autoridades hacia un problema que sigue cobrando vidas. Es necesario que se tomen medidas inmediatas para corregir esta afrenta y garantizar que la memoria de las víctimas sea honrada como corresponde, en lugar de ser relegada ante intereses secundarios. La justicia y el respeto a los derechos de las mujeres no pueden ser postergados ni ignorados”.