María Ruiz
Con la finalidad de dar visibilidad a una problemática silenciosa y a menudo ignorada, el Instituto para Ciegos y Débiles Visuales “Ezequiel Hernández Romo” (IPACIDEVI) ha lanzado la campaña revolucionaria “Tengo Baja Visión”.
Esta iniciativa tiene como objetivo principal concienciar y sensibilizar a la sociedad sobre las personas que sufren de patologías que causan baja visión, un desafío invisible, pero significativo en la vida diaria de miles de potosinos y potosinas.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), extraídos del Censo de Población y Vivienda de 2020, se estima que en el estado de San Luis Potosí residen alrededor de 60 mil 739 personas con discapacidad visual, de las cuales 16 mil 739 se encuentran en la capital potosina.
Muchas de estas personas, aunque son consideradas como discapacitadas visuales, no muestran señales evidentes a simple vista, lo que dificulta su interacción en una sociedad que no cuenta con las adaptaciones necesarias para atender sus necesidades específicas.
La baja visión, una condición que implica una reducción significativa en la capacidad visual que no puede ser corregida con lentes, cirugías u otros tratamientos, representa un desafío diario para aquellos que la padecen.
Como es el caso de Isidro Mendieta, quien hace poco se desempeñaba como conductor de camiones urbanos y que debido a una enfermedad crónica como la diabetes, ha perdido la vista y actualmente se encuentra en este instituto para ser apoyado y que pueda continuar con su vida a través de esta discapacidad.
“Ser autónomo me ha permitido destacar. Aunque la vista se desvaneció, mi pasión por ayudar a otros sigue intacta”, señaló.
Actividades cotidianas como leer, practicar deporte, ver la televisión o desplazarse por la ciudad se convierten para él y muchos otros en auténticos retos, lo que afecta de manera considerable su calidad de vida.
Con el inicio de esta campaña en la ciudad de San Luis Potosí, el IPACIDEVI busca no solo concientizar a la población sobre la baja visión, sino también fomentar la importancia de realizar chequeos oftalmológicos periódicos para detectar a tiempo posibles problemas de visión y brindar un tratamiento adecuado.
En este sentido, Isidro Mendieta, siempre porta su botón, y en conjunto con sus compañeros del IPACIDEVI, quienes ya han sido diagnosticadas con baja visión, tienen la posibilidad de que la población los identifique como tales, independientemente del grado de visión que conserven.
“Aceptar mi debilidad visual fue un sendero sencillo para mí, pero para los demás, es un viaje de descubrimiento. La verdadera terapia es enseñarles que la discapacidad no define nuestra esencia”.
Esta insignia no solo les permite hacerse visibles en la sociedad, sino que también sirve como complemento al bastón, lo que indica que no se trata de personas ciegas totales.
La difusión de esta campaña es crucial para llegar a aquellas personas que enfrentan el desafío de la baja visión, ofreciéndoles la información y el apoyo necesarios para su inclusión y bienestar en la sociedad potosina.
Desde distintos medios de comunicación se busca crear conciencia sobre cómo se puede apoyar a este grupo vulnerable y contribuir a construir un entorno más inclusivo y comprensivo para todos.