Con puño de adoquín

El Catalejo es el resultado de las mentes desorientadas de los reporterillos de Astrolabio Diario Digital

Con el caso de los adoquines del Barrio de San Miguelito, el alcalde del Estado (perdón, gobernador, con eso de que le come el mandado a todos los alcaldes y más al de la capital)ha exhibido sus tácticas para imponer su voluntad: sin previo aviso arranco la obra (igualito que con la Arena Potosí). Si es demasiado visible, lo hace con el apoyo popular de utilería, así, si hay protestas, puede argumentar que hay vecinos que lo apoyan, aunque en el rumbo ni los conozcan. Así, tiene argumentos contra las protestas. Si la reacción ciudadana llega lejos, ya no se deja sorprender como ocurrió en Himno Nacional, manda personeros para atenderlos, recomienda académicos paleros y manipulan la reunión para desinflar el reclamo. A fin de cuentas las instancias de autoridad obligadas a proteger el patrimonio histórico no llegarán más lejos que a simular que también se oponen: el INAH dirá que no se puede realizar la obra en tanto que el alcalde simplemente alegará que quiere participar… en lo que le toque.

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