Con su nueva Ley Orgánica, diputados violan progresividad de derechos humanos

Por Victoriano Martínez

La actual Legislatura se ha caracterizado, más que ninguna de sus antecesoras, por la sumisión al Poder Ejecutivo… y por dar la espalda a la ciudadanía al grado de acumular el mayor número de casos de invalidación de decretos por parte de la Suprema Corte de Justicia de la Nación por no tomarla en cuanta.

Con la renovación de la Ley Orgánica del Poder Legislativo, los diputados cierran su periodo constitucional con la formalización en la norma que rige su actuación de hacer a un lado lo más que pudieron la participación ciudadana en la labor legislativa.

Por un lado, en su nueva ley eliminaron la posibilidad de contar con consejos de apoyo por parte de expertos y especialistas de las diversas ramas profesionales, en tanto que por el otro le cerraron la posibilidad a toda la población de poder consultar información que en pasadas legislaturas estuvo disponible.

Algo así como que a la ciudadanía ni la quieren escuchar ni quieren que tenga la posibilidad de ver cómo hacen las cosas. ¿Será que quieren ocultar toda huella de los precedentes de tantas pifias que cometen por las que les ha tenido que enmendar la plana el Poder Judicial Federal?

En la nueva Ley Orgánica del Poder Legislativo desapareció el contenido del artículo 139 de la ley anterior, con lo que cierran la existencia de una figura que les permitía consultar a expertos sobre los temas involucrados en las iniciativas legislativas.

“El Congreso del Estado podrá contar con un Consejo de Apoyo Legislativo, integrado por destacados conocedores de las diversas ramas profesionales; que apoyará el trabajo legislativo del Congreso del Estado de manera honorífica y que durará el término de una Legislatura, pudiendo ser ratificados”, decía el artículo hoy desaparecido.

Nunca integraron ese Consejo. Si con la posibilidad legal de contar con el apoyo de conocedores de los temas lo ignoraron y las consecuencias son patentes, incluso en el decreto de municipalización de Villa de Pozos, ahora que la figura ha desaparecido quizá estén sembrando la semilla para el la próxima Legislatura los supere en pifias y ridiculeces.

Aunque en la nueva Ley Orgánica mantuvieron el Consejo Ciudadano de Transparencia, mutilaron las obligaciones de transparencia que como poder adoptaban y que, si bien algunas ya están contempladas en el artículo 86 de la Ley de la materia, derechos adquiridos a partir de la ley derogada han retrocedidos.

El caso más significativo tiene que ver con la posibilidad de que cualquier persona podía ser testigo de la forma en que los diputados discutieron y analizaron las iniciativas en las sesiones de cada una de las comisiones. Hasta el inicio de la actual Legislatura esas sesiones eran transmitidas en vivo. Llegaron los actuales diputados y anularon ese derecho de la población.

No sólo atentaron contra la progresividad de los derechos obtenidos y violaron el artículo primero constitucional, sino que a partir de esa determinación de no transmitir en vivo las sesiones de las comisiones incumplieron durante prácticamente todo su periodo con la fracción VIII del artículo 138 de su Ley Orgánica derogada a partir del 13 de septiembre.

De acuerdo con esa fracción, el Congreso del Estado estaba obligado a mantener publicadas en su página de internet, entre otras, las “video grabaciones de sesiones de Pleno o reuniones de comisiones”.

Durante toda esta Legislatura sólo se pueden consultar las sesiones plenarias, cuando en legislaturas anteriores, incluso durante la pandemia, estaban disponibles las de las comisiones.

A partir de ahora podrán decir que incurren en una violación menos a su marco legal, pero en el colmo de la desfachatez han dejado plasmado en un decreto la violación a la constitución con el retroceso en un derecho de la población.

Como ese, hay otros puntos en los que –al menos en materia de derecho de acceso a la información pública– su nueva Ley Orgánica presenta retrocesos en derechos fundamentales para la ciudadanía.

Si desde un principio los actuales diputados dieron indicios de que formarían la peor Legislatura de la historia, hoy dan cuenta de que a eso fue a lo que se dedicaron… y a ponerse al servicio de su Señor Gobernador, sin importar lo inverosímil y ridículas que fueran sus ocurrencias.

¿Les alcanzará para dictaminar y decretar alguna más de las que tienen pendientes?

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