Con usos y costumbres justifican machismo en comunidades indígenas: especialista

Estela Ambriz Delgado

El machismo en las comunidades y pueblos indígenas es un tema que poco se visibiliza, justificado en el argumento de que se trata de sus usos y costumbres, pero estas prácticas coartan el derecho de participación de las mujeres en decisiones y en puestos de representación, así lo expresó la maestra en Asuntos Políticos, Palmira Flores García.

Sin embargo, esta violencia no sólo es de parte de los hombres en sus lugares de origen, sino también de otras mujeres que no pertenecen a los pueblos originarios, así como de parte de las autoridades.

Flores García, también representante de la comunidad triqui ante la Junta Directiva de la Unidad Especializada en Atención a Pueblos Indígenas, compartió en una charla su experiencia para lograr ganarse el respeto de los hombres de su comunidad para poder representarla, a fin de ejemplificar la desigualdad en que se encuentran las mujeres de este sector.

“Estás en la dinámica que responde al papel de un hombre, entonces el estar al frente de una comunidad representa muchas cosas. (…) Se debe adaptar a la dinámica de los hombres, porque la autoridad tradicional comunitaria sigue siendo de hombres(…) con ellos hay que comportarse como un señor, tener mano dura, triplicar o cuadruplicar el carácter para demostrar por qué se es representante”.

Flores García se hizo representante tras el fallecimiento de su padre durante la pandemia de covid 19, pues ante una negligencia médica del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) se movilizó junto con otras mujeres de la comunidad y logró que la institución respondiera, con lo que demostró su capacidad frente la comunidad, “porque si eres mujer te toca demostrar que puedes hacerlo, lo que no pasa con los hombres”, y siguió gestionando a favor de las necesidades del pueblo.

“Nadie se pone a pensar en eso, lo que tienen que pasar las mujeres a nivel interno, te están coartando tu derecho de participación porque la comunidad dice que es el uso y costumbre. Ese es un argumento que se han agarrado los hombres de los pueblos para que las mujeres no participen (…) lo que implica que una mujer indígena pueda tomar el micrófono y dar su opinión a nivel interno, pero ¿qué pasa cuando regresa a su comunidad?”.

Por su parte, Erika Arciso, representante otomí, indicó que al estar en un cargo viven violencia política de género, porque las subestiman por ser jóvenes, aunque son quienes han tenido acceso a un poco más de educación, por lo que ahora son a quienes les toca gestionar apoyo para sus comunidades, así como aprender sobre política pública y elaborar proyectos productivos.

Paola Sánchez, originaria del pueblo náhuatl en Axtla de Terrazas, señaló que es necesario hacer consciencia como mujeres, porque las pertenecientes a pueblos originarios sufren más discriminación por su vestimenta y uso de su lengua materna, inclusive de otras mujeres, por lo que hizo un llamado a dejar los estereotipos y apoyarse entre las mismas.

Además, Flores García destacó que otra de las problemáticas que enfrentan es la falta de acceso a educación de calidad, lo que se refleja en que existen muy pocas mujeres indígenas con licenciatura; a nivel nacional solo es dos de cada 100 mujeres, y en el caso de San Luis Potosí solamente hay cuatro, y próximamente se les sumarán tres.

Reiteró que es sumamente importante para las comunidades y pueblos indígenas tener acceso a educación, y en este sentido también debería haber acciones afirmativas para tener un lugar en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, pues si no se egresa de esta se está fuera del mapa, además de que es más difícil costear una universidad privada.

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