Cd. de México (15 de noviembre de 2015) El Presupuesto de Egresos de la Federación aprobado el viernes pasado por la Cámara de Diputados incluye asignaciones superiores a los 4 mil millones de pesos para programas que han demostrado su ineficacia en evaluaciones de desempeño realizadas por el propio gobierno federal.
Contrario a la lógica de un presupuesto base cero —donde los programas inservibles dejan de recibir recursos—, el gasto para 2016 considera una partida de 4 mil 54 millones de pesos para el Fondo de Aportaciones para la Educación Tecnológica y de Adultos (FAETA) en su variante Educación Tecnológica, mismo que tiene una calificación de 1 (la más baja en la escala de 1 a 5 que maneja la Secretaría de Hacienda).
El objetivo del FAETA Educación Tecnológica, programa que forma parte del Ramo 33, es “fortalecer la calidad y pertinencia de la educación media superior, superior y formación para el trabajo, a fin de que contribuyan al desarrollo de México mediante la disminución del rezago educativo y el incremento de la eficiencia terminal en la educación tecnológica”.
Uno de los indicadores para medir la eficacia del programa es elevar el número de alumnos matriculados en educación tecnológica de 15 años y más, al inicio del ciclo escolar, por cada cien individuos de 15 años y más. No obstante, en la página de Transparencia Presupuestaria, de la Secretaría de Hacienda, no aparece ninguna meta alcanzada durante 2014 ni en lo que va de 2015.
En su edición del pasado 12 de noviembre, Excélsior publicó un artículo de María Amparo Casar, colaboradora de esta casa editorial, donde señala que “no hubo ni remedo de la promesa de un presupuesto base cero del que hace algunos meses hizo gala la Secretaría de Hacienda y Crédito Público”.
Y agrega: “A pesar de haber propuesto la eliminación de programas que el gobierno juzgó innecesarios, redundantes o duplicados, la estructura del presupuesto es muy similar en asignaciones a la de años anteriores y la retórica es la de siempre: velamos por el interés general traducido en bienestar”.
Uno de los programas que ejemplifican esta situación es el de Igualdad entre Mujeres y Hombres, dependiente de la Secretaría de la Defensa Nacional, que el año pasado obtuvo una calificación de 1 (la más baja en niveles de desempeño), pero que para 2016 tendrá asignaciones por 108 millones de pesos.
El objetivo de este instrumento presupuestal es “contribuir a incorporar las políticas de igualdad de género en los tres órdenes de gobierno y fortalecer su institucionalización en la cultura organizacional”. Otro de los propósitos del programa es que “mujeres y hombres integrantes del Ejército y Fuerza Aérea mexicanos cuentan con un programa en materia de igualdad de género, para disminuir sus situaciones y condiciones de desigualdad.”
Sin embargo, el programa no sólo no presenta información sobre el grado de cumplimiento de los objetivos, sino que muestra subejercicios de manera sistemática desde hace un lustro. En 2010, por ejemplo, se le asignaron 100 millones de pesos, pero sólo se gastaron 76 millones, mientras que en 2014 se aprobaron 104 millones y sólo se ejercieron 47.
Un tercer programa que no ha dado resultados en las mediciones de desempeño que coordina la Secretaría de Hacienda es el Fomento de la cultura de la participación ciudadana en la prevención del delito, de la Secretaría de Gobernación, que para el año entrante contará con una bolsa de 1.5 millones de pesos.
El objetivo de este programa es que “los municipios y delegaciones implementen proyectos de prevención social de la violencia y la delincuencia”, así como emprender “actividades para elevar la participación ciudadana de diversos sectores de la sociedad en materia de prevención social de la violencia y la delincuencia”.
No obstante, en el expediente no existe información sobre el progreso de dichas metas.
Fuente El Excelsior
