Antonio González Vázquez
En el tema de la corrupción, el gobierno de Juan Manuel Carreras, lanzó la papa caliente al terreno municipal. De hecho, responsabiliza a los gobiernos municipales de ser los que contribuyen a acentuar la percepción de que San Luis Potosí es una entidad con instituciones y servidores públicos corruptos.
El Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática a través de la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental 2017 estima que el año pasado hubo más de 400 mil víctimas de actos de corrupción.
La situación es gravísima puesto que se habrían cometido más de medio millón de actos de corrupción por parte de servidores públicos de los tres órdenes de gobierno en la entidad.
Negar o matizar la incidencia de actos de corrupción es absurdo y hasta una estupidez. Basta preguntar a quien sea para que dé testimonio de haber sido víctima de funcionarios sinvergüenzas y sin escrúpulos.
Pero la administración estatal acusa de manera directa a los ayuntamientos y lo hizo a través de un comunicado de prensa que en una parte dice esto: “los ayuntamientos deberán mejorar sus prácticas de integridad y ética en el servicio público, ya que el INEGI identificó que en el Estado se incrementaron las tasas de frecuencia e incidencia de experiencias en corrupción debido a trámites donde los gobiernos municipales están a cargo en su mayoría.
Entre los principales factores que inciden en estos resultados están los incidentes de tránsito, infracciones, detenciones por riñas, faltas a la moral o administrativas; y en segundo lugar, los permisos relacionados con la propiedad, como son las licencias de construcción, áreas de la competencia municipal”.
Quizás sea cierto puesto que hay y ha habido alcaldes y servidores públicos voraces que se enriquecen de un día para otro como es el caso de los del Gallardismo.
Es conveniente tomar en consideración esto: “nos han hecho creer que la corrupción es la mordida, pero lo que más daña en este sistema político son los robos que se hacen desde arriba”. Lo dijo Andrés Manuel López Obrador en un debate con periodistas de Milenio Diario.