Por Victoriano Martínez
Cuando se tiene un gobierno como el de Ricardo Gallardo Cardona en el que la prioridad es hacer caravana con sombrero ajeno y magnificar acciones que ni siquiera están aseguradas, el tiempo se encarga, tarde o temprano, de ubicar sus actos y desplantes en su justa dimensión.
Si el tema es tan relevante como el abastecimiento de agua potable a los habitantes de la ciudad, las prioridades de propaganda y promoción de la personalidad resultan en extremo irresponsables.
Desde que el 8 de marzo, desde la presa El Realito juntos advirtieron que dejaría de llegar agua a la ciudad desde ese embalse, el alcalde Enrique Galindo Ceballos y Gallardo Cardona no han dejado de competir para promoverse como los héroes de la crisis hídrica que proclamaron, antes que tomar medidas reales y efectivas para resolver el problema.
Las acciones que ambos personajes cacarearon como su gran aportación para resolver la crisis contaron con el apoyo financiero de la Comisión Nacional del Agua, pero para ambos siempre fue un detalle irrelevante.
Gallardo Cardona llegó a promoverse como un gobernador previsor y visionario al ordenar la rehabilitación de la Presa El Peaje, al grado de destacar su sentido de la oportunidad porque estuvo reparada para captar el agua de las recientes lluvias a un ritmo mucho mayor que lo que realmente captaba.
“Para compensar la reducción del abasto de la presa El Realito, la Conagua en coordinación con el gobierno del estado, rehabilitaron la presa El Peaje. A su vez, el gobierno municipal de San Luis Potosí ha rehabilitado 76 pozos y dos plantas potabilizadoras, además de perforar seis nuevos pozos, Conagua aportó 66.5 millones de pesos para la perforación de tres de ellos”, reportó el pasado viernes la dependencia federal.
Un comunicado en el que, además, la Conagua ubica con claridad cuál es la autoridad por cuyas omisiones hoy todavía no es posible que se restablezca el envío de agua desde la presa El Realito:
“El Gobierno de México recomienda al gobierno del estado de San Luis Potosí iniciar las acciones legales correspondientes para que la empresa lleve a cabo de manera inmediata la reparación integral del acueducto, a fin de garantizar un abasto regular a la capital potosina desde la presa El Realito”, le recuerda Conagua a Gallardo Cardona.
Nada que ver con el anuncio engaña bobos que Gallardo Cardona hizo en un video de su cuenta de Facebook (hoy ya borrado) en el que aseguró tener un acuerdo con la empresa responsable del acueducto por 150 millones de pesos para la reparación de las tuberías colapsadas.
“Sí es importantísimo que sepan que vamos a garantizar el suministro del agua en San Luis Potosí, para los próximos 125 años, que esa es la garantía que vamos a tener”, aseguró Gallardo Cardona en aquel video transmitido el 30 de junio de 2022.
A más de dos años, queda expuesto que la empresa le incumplió la centenaria garantía o tal acuerdo nunca existió. El caso es que la Conagua exhibe hoy que el gobierno de Gallardo Cardona ha sido incapaz de aplicar a las empresas responsables del acueducto las penas convencionales por incumplimiento del Contrato de Prestación de Servicios (CPS).
De acuerdo con el CPS, Gallardo Cardona debe reclamar por las fallas del acueducto a las empresas Aquos El Realito, como firmante del contrato, y de manera solidaria a Controladora de Operaciones de Infraestructura, Aqualia Gestión Integral del Agua, Aqualia Infraestructuras y Servicios de Agua Trident.
“La empresa responderá por los defectos o vicios ocultos que resulten del proyecto, quedando obligada a reparar o reponer de inmediato, a su costa y a satisfacción de la CEA, las obras o instalaciones de que se trate necesarias para la prestación del servicio”, se establece en la cláusula novena del CPS.
Incluso, en el punto 10 de la cláusula cuadragésima primera la obligación de ese tipo de reparaciones se extienda a un año después de concluida la vigencia del contrato.
Causales de rescisión del contrato ya existen, pero difícilmente la Comisión Estatal del Agua (CEA) la promoverá porque, aun siendo por causas imputables a la empresa, al final “la operación, reposición de equipos, conservación y mantenimiento del acueducto El Realito, quedará a cargo de la CEA” (cláusula quincuagésima).
Hasta hoy la CEA ha evadido la responsabilidad por el desabastecimiento ante la falta del agua de El Realito al desentenderse de su posición como el contratante del servicio de traslado a través del acueducto y lo ha adjudicado a las empresas responsables del acueducto y al propio Interapas.
Si la operación, reposición de equipos, conservación y mantenimiento del acueducto quedan abiertamente bajo su responsabilidad, las posibilidades para el gobierno estatal de presentarse como héroe se verían limitadas y, en cambio, su posición como responsable de lo que hasta hoy no se ha hecho sería directa.