Crisis Hídrica: entre El Realito y la concesión a Aguas del Poniente

Por Victoriano Martínez

La principal característica de la llamada crisis hídrica en la ciudad es la falta de claridad en la información que reportan las autoridades y, en consecuencia, la proyección de acciones poco coordinadas y hasta de competencia por aparecer ante la población como quien hizo más por resolver el problema frente a lo que hizo el otro.

En su propaganda con motivo de sus informes anuales, el gobernador Ricardo Gallardo Cardona aseguró que la rehabilitación de la presa El Peaje fue una acción previsora para enfrentar la crisis, aunque se encuentre vacía, el alcalde Enrique Galindo Ceballos afirmó que respondieron con acciones inmediatas y decididas, y han distribuido más de 660 millones de litros de agua potable a través de pipas en colonias afectadas.

Sin duda son medidas enfocadas en atender la falta de agua potable por todos los rumbos de la ciudad, una escasez que como característica de la crisis sólo es la prolongación de la inercia de las omisiones en el mantenimiento y actualización de la infraestructura que se relajó en exceso por considerar el flujo del líquido desde la presa El Realito como una solución casi mágica.

De solución casi mágica, El Realito pasó a ser la causa del problema de abastecimiento de toda la ciudad, a pesar de que el agua proveniente de esa presa sólo abastece al 15 por ciento de los usuarios.

Y como suelen decir que el agua más cara es la que no se tiene, la sorpresa de la semana resultó que ser el anuncio por parte de Galindo Ceballos de que la empresa Aquos El Realito S.A. de C.V. aumentará las tarifas por el agua que trae desde El Realito a la ciudad.

“Nos quieren cobrar más que porque el tratamiento del agua está saliendo más caro, porque la poca agua que sale está estancada y contaminada”, reveló el alcalde.

Desde que anunció que a partir de junio ya no llegaría agua de El Realito, nunca se hizo referencia a que la crisis también es atendida con agua que sigue llegando de aquella presa, así sea la poca agua que sale, un volumen de flujo que no han incluido en los datos que proporcionan sobre el agua que se inyecta a la red.

Si pretenden aumentar la tarifa es porque no han dejado de dar el servicio de traslado del agua, y si tienen contacto como para que les anuncien el incremento en las cuotas, ¿por qué Galindo Ceballos insiste en afirma que no han podido tener contacto con los representantes de la empresa para tratar el irregular funcionamiento del servicio?

Aunque la Ley de Aguas del Estado prevé la coordinación entre autoridades estatales y municipales para la solución de problemas en el servicio de abastecimiento de agua potable a la población, la situación va más allá de asumirse cada uno como el que sí realiza acciones reales para la solución, a omitir –en el caso del gobierno estatal– la integración de instancia que aporten a la solución.

Aunque la fracción IV del artículo 10 de la Ley de Aguas señala que el Consejo Estatal Hídrico forma parte de la Junta de Gobierno de la Comisión Estatal del Agua, no sólo no lo han invitado, sino que ni siquiera le han respondido su comunicación sobre la disposición a trabajar, lo que imposibilita que puedan llevar sus propuestas para la atención a la crisis en el abasto de agua potable.

Un panorama en el que se llega a repartir culpas, como la afirmación de Galindo Ceballos sobre que los pozos concesionados a particulares dificultan garantizar el abasto y los coloca en la misma canasta de la concesión a Aguas del Poniente Potosino, que sí mutila una parte del servicio público domiciliario y, por omisiones de la autoridad, no representa ingreso alguno al Ayuntamiento.

“El Interapas actualmente no tiene subsidio, los gastos de operación provienen de la cartera doméstica, entonces si se tuviera acceso al agua de esta concesión (Aguas del Poniente Potosino) e incluso al agua de la Zona Industrial, podríamos ayudarle a toda la ciudad”, aseguró el alcalde.

Le faltó decir que, por omisión de los últimos cinco alcaldes, él incluido, Aguas del Poniente es un servicio subsidiado al no cubrir un solo peso por la contraprestación que se estableció en el dictamen de la concesión aprobado por el Cabildo el 23 de diciembre de 2023. Ya se verá si efectivamente no se le amplía el periodo de la concesión como manifiesta hoy Galindo Ceballos.

“Aguas del Poniente no nos ha mandado solicitud prórroga y estaremos a la espera de que llegue diciembre para tomar una decisión”, aseguró el alcalde. Deseable es que no surja una sorpresa como la renovación de la concesión, con una ampliación, del servicio de limpia.

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