Carlos Rubio
Cuando Ricardo Gallardo Cardona gritó “¡qué viva San Luis Potosí!” al finalizar su discurso de toma de protesta, sobre la Plaza Fundadores estalló una lluvia de papeles que tapizaron la explanada de blanco y verde e inició una historia de fantasía que solo se había visto en las películas de Marvel: sobre las mega pantallas se proyectó el famoso intro de la mítica saga de súper héroes, pero con fotografías del nuevo mandatario estatal. Por si fuera poco, el acto se complementó con la canción Shoot To Thrill de la banda AC/DC para que el “pollo” pudiera tener una salida triunfal al estilo de Iron Man, con lo que culminó un evento protocolario que se convirtió en un culto a la personalidad que miles de personas presenciaron.
Desde tempranas horas del domingo, las jefas operativas de la gallardía en las colonias de Soledad de Graciano Sánchez llegaron a la Plaza Fundadores para supervisar el llenado de la explanada con acarreados; el acomodo de los asistentes se dividió en tres sectores: hasta el frente los invitados del gobernador, en su mayoría funcionarios y políticos del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), seguidos de una tarima sobre la que se colocó a la prensa local y nacional; en el fondo, los gallardistas, curiosos y acarreados.
En las inmediaciones de la plaza se colocó un fuerte dispositivo de seguridad encabezado por la Secretaría de Seguridad Pública; cada persona que ingresó al recinto pasó por dos filtros: el detector de armas y el sanitario, que consistió en la toma de temperatura y la entrega de gel antibacterial.
Según la iniciativa presentada por diputados del PVEM, para solicitar que la toma de protesta de Gallardo Cardona se llevara a cabo en la Plaza Fundadores, el Congreso del Estado es un lugar donde resulta imposible mantener la sana distancia y las medidas de sanidad apropiadas para prevenir los contagios de COVID-19, por lo que la sesión solemne fue llevada hasta el espacio más emblemático de San Luis Potosí, bajo la promesa de cumplir con los protocolos de seguridad sanitaria. Sin embargo, durante dos horas, al menos cinco mil personas inhalaron y exhalaron el mismo aire bajo un enorme toldo y apenas separados por centímetros entre cada cabeza.
Frente al Edificio Ipiña se instaló el escenario que por unos segundos disfrutaron los diputados locales quienes, durante el pase de lista, fueron aplaudidos por la multitud mientras se levantaban uno por uno al escuchar su nombre para saludar y agradecer el gesto, como si a menos de una semana de haber asumido su cargo hubieran realizado algo extraordinario por la ciudadanía.
Cuatro pantallas gigantes colocadas alrededor de la explanada facilitaron la visión de todos los presentes.
Al centro de la plaza, un pasillo formado por vallas metálicas abría camino desde la fuente hasta el escenario; conducido desde Palacio de Gobierno por agentes de seguridad, Ricardo Gallardo desfiló durante más de 20 minutos saludando primero al inmenso mar de gente que se abalanzaba sobre él para intentar obtener una fotografía; después, se encontró con el océano de políticos que esperaban ser vistos, saludados y abrazados por el nuevo gobernador. Desde que se notó su presencia en el lugar, una banda musical comenzó a amenizar el evento con una sonata de aires victoriosos que no dejó de resonar hasta que se reanudó la sesión.
Un grupo de niños provenientes de una escuela indígena se encargó de entonar el Himno Nacional, primero en castellano y luego en lengua tének. Luego, se dio paso a la toma de protesta que convirtió a Ricardo Gallardo en gobernador constitucional del Estado.
En un intento de emular el acto del presidente Andrés Manuel López Obrador en 2018, el Gobierno reunió a tres comunidades indígenas que radican en el estado para llevar a cabo un acto simbólico de alianza con los pueblos originarios.
Posiblemente la asistencia más sorpresiva fue la de Jorge Emilio González Martínez, el Niño Verde, quien junto a su padre, Jorge González Torres, fundó el PVEM que lo llevó a ocupar diversos cargos; sin embargo, desde hace varios años mantenía un perfil bajo, hecho que al agradecer su presencia en el evento, Gallardo resaltó: “Tiene mucho tiempo que no hacía presencia en un acto público”, y al final le dijo, “esta es tu ciudad”.
Jorge González se ha desempeñado como diputado federal y senador en tres ocasiones. La polémica ha rodeado su vida desde el 2004, cuando apareció en un video en el que negociaba dos millones de pesos por la construcción de hoteles en el corredor turístico de Cancún, Quintana Roo. En 2011 se le vinculó con una fiesta realizada en su departamento en la que una modelo murió al caer del piso 19 de la torre.
En la larga lista de asistentes se incluye a la bancada de diputados federales del Verde, de los cuales cinco son potosinos. Además del exgobernador de Chiapas, Manuel Velasco; la presidenta del PVEM, Karen Castrejón Trujillo; el líder Arturo Escobar y Vega; el miembro del Partido del Trabajo (PT), Héctor Serrano Cortés.
De igual forma, la presencia de Ricardo Gallardo Juárez despertó fuertes gritos y aplausos; después de mantenerse lejos de la vida pública tras perder la reelección, el expresidente municipal volvió a estar presente en eventos masivos bajo el cobijo de su hijo gobernador de San Luis Potosí.
Afuera de la inmensa estructura física y operativa que manejaba el evento en la plancha de la Plaza Fundadores, las personas que no lograron ingresar buscaron un refugio del penetrante sol del mediodía en edificios y negocios cercanos. Sobre la avenida Carranza, una mujer de la tercera edad, que caminaba con ayuda de una andadera, deambulaba gritando: “Señor gobernador, lléveme a mi casa”; desesperada, contó que fue traída al Centro de la capital desde Soledad, sólo para formar parte del festejo de Gallardo.
Las familias de los cuatro jóvenes potosinos desaparecidos en Jalisco aprovecharon para manifestarse en el exterior y exigir ayuda a las autoridades para la localización de sus seres queridos. Aunque no lograron ser vistos por el gobernador que se paseaba por el gran escenario que mandó erigir, las fotografías de los ausentes hicieron eco sobre los espectadores.
Luego de casi 20 minutos de agradecimientos, Gallardo Cardona finalmente inició su discurso. “Abrimos la Caja de Pandora”, fue lo que dijo sobre el proceso de Entrega-Recepción, quizá algo similar a lo que hizo la Unidad de Inteligencia Financiera cuando detectó los desvíos de más de 700 millones de pesos de las administraciones municipales de San Luis y Soledad que encabezaron él y su padre, Ricardo Gallardo Juárez.
Aunque llamó a la unidad y a devolverle el Estado a las y los potosinos, el discurso de Ricardo Gallardo no logró aterrizar en la igualdad que predicó desde el inicio de su campaña; el gran festejo organizado por él mismo para él mismo impidió que el nuevo mandatario estatal se posicionara en el peldaño sobre el que se sostienen sus simpatizantes.
Mientras que a un costado de Palacio de Gobierno esperaban al gobernador dos camionetas Chevrolet Suburban blindadas con costo de más de un millón y medio de pesos cada una, la mayoría de los que asistieron a su fiesta regresaron a su hogar en autobús.
Para los potosinos presentes en el evento no fue sorpresa escuchar que encontró desvíos por mil 700 millones de pesos en los Servicios de Salud o irregularidades en el sistema de seguridad pública; hechos como esos han resonado en organizaciones civiles y medios de comunicación desde hace años, la diferencia recaería en que el nuevo gobernador decidiera denunciar formalmente a quienes son culpables del millonario saqueo al erario, en lugar de pactar con ellos.
Tras seis años de espera, culminó la búsqueda de la gubernatura por parte de Ricardo Gallardo Cardona. Un evento que lejos de acercarlo al discurso de austeridad e igualdad que predica, lo colocó en una esfera de privilegios en la que también navegarán su gabinete y los líderes del Partido Verde a quienes ya les dio la bienvenida a una ciudad y un estado del que difícilmente se querrán ir.