Enrique Rivera Sierra
Conocí a la compañera Claudia Sheinbaum en 2006, cuando inmersos en la defensa de Cerro de San Pedro acudimos a ella, como secretaria del Patrimonio Nacional del Gobierno Legítimo de México, aquel que avalamos millones de ciudadanos inconformes por el fraude electoral que impuso en la presidencia al repudiado Felipe Calderón.
Claudia desde el primer momento se solidarizó con la defensa de nuestro territorio, nos apoyó en romper el cerco informativo que impedía dar a conocer lo que sucedía en SLP con la empresa canadiense minera San Xavier y su nefasto propósito de destruir nuestra historia, nuestro medio ambiente, el futuro. Gracias a ello el tema llegó a ser denunciado por el entonces presidente legítimo Andrés Manuel López Obrador, ya fuera en el Zócalo, en foros, en documentos. La noticia se esparció por todo el país y la lucha traspasó fronteras.
Claudia Sheinbaum Pardo vino hasta el Cerro de San Pedro, conoció de viva voz las denuncias de habitantes, habló con Don Armando, platicó con Don Mario, escuchó al abogado Carlos Covarrubias, atenta conoció en voz de Juan Carlos Ruiz Guadalajara el ecocidio que significaba aquel ilegal proyecto minero, hoy consumado. Al final pasó a la tiendita de artesanías de Lupita y Marcos para llevarse un recuerdo del lugar.
En 2007, cuando tuve que salir al exilio por esa causa, apoyó incondicionalmente todo el proceso de denuncia contra la represión a la que sometieron al movimiento los gobiernos panistas del corrupto Marcelo de los Santos y su patrón Calderón.
18 años después no tengo duda por quién voy a votar, saber que una mujer como Claudia, siempre solidaria con las causas de la gente, estará en la boleta este domingo 2 de junio me llena de esperanza. Lo que falta está por venir, no tengo duda.
CSP nos evoca a Cerro de San Pedro y a Claudia Sheinbaum Pardo, y no es casualidad. Es destino y compromiso.
¡Qué Viva CSP!
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