Por Victoriano Martínez
Tantas ganas tenían de destituir a la coordinadora de Finanzas, esa que sabía cómo recuperarles la reducción salarial que se vieron obligados a hacerse a principios de año sin que se notara en los informes financieros, que no les importó pasar a la Directiva a conducir la sesión del Pleno arrinconados en unas curules.
Tanta pasión le pusieron a defender la legalidad en la destitución de la coordinadora de Finanzas, que el espectáculo de confrontación entre grupos antagónicos que asistieron al recinto hace unas semanas y los hizo suspender la sesión momentáneamente, ahora lo trasladaron a la Tribuna.
El caso es que en la sede del Poder Legislativo, ubicado en el mismo sitio que antaño ocupó el Teatro cine Azteca, los diputados se han encargado desde hace ya varios años de una reivindicación, voluntaria o involuntaria, que parece tener una sola consigna: el show debe continuar.
En esta ocasión, el show consistió en una representación que remite claramente al refrán popular que advierte que cuando se pelean las comadres, salen a relucir las verdades.
El espectáculo lo abrió el diputado del Partido Verde, Edgardo Hernández Contreras, al señalar las irregularidades en la destitución de Martha Elva Zúñiga Barragán como coordinadora de Finanzas, y las de la pretensión de nombrar en su lugar a Enrique Gerardo Ortiz Hernández, por no cumplir con los requisitos que marca la ley.
La diputada María Isabel González Tovar, del PRD, comenzó a elevar el tono de la función cuando exhibió la escasa información que sobre el pretendido nombramiento les pasaron para concluir con un “estamos hasta la madre de que en el Congreso se contraten personas que no cumplen los requisitos de ley y que luego deben ser removidos con un alto costo al erario en finiquitos”.
El diputado Oscar Vera Fabregat, cual protagonista aguafiestas, reveló lo que consideró que hay tras la destitución y el nuevo nombramiento: los tres reyes vagos (así bautizó a los diputados Rolando Hervert Lara, Mauricio Ramírez Konishi y Edson Quintanar) se reparten todos los manejos en el Congreso. “Van sobre el dinero, no les den esa oportunidad”, pidió al resto de los diputados.
Y acumuló señalamientos: quieren una tesorería a modo, quieren dinero para sus próximas campañas, buscan quien les autorice sus facturas, van sobre los moches por el incremento a las tarifas del agua…
“Por lo pronto ya no hay Congreso, les tomamos la Tribuna, y a ver, ¡a chingar su madre!”, concluyó su intervención con manotazos sobre el podio. Hernández Contreras subió a acompañarlo y enseguida el diputado Pedro Carrizales, el Mijis.
Al espacio de la Directiva subió la diputada González Tovar, quien retiró los micrófonos y se los pasó a sus compañeros que estaban abajo, en la Tribuna. La Directiva abandonó sus lugares, González Tovar quedó al frente y la sesión se suspendió por espacio de media hora.
La sesión se reanudó con la Tribuna y el espacio de la Directiva tomados. Desde las curules de la primera fila del lado derecho, el diputado Martín Juárez Córdova instruyó a la diputada Alejandra Valdez Martínez a tomar la votación sobre la aprobación para la destitución de Zúñiga Barragán.
Cuando en el pase de lista para votar le llegó el turno a Vera Fábregat, en lugar de votar gritó: ¡A todos los que votaron a favor!, son ustedes unos corruuuuuuuptoooos!
Por 13 votos a favor, 10 en contra y 3 abstenciones, la destitución se aprobó. Vera Fabregat subió el tono de sus reclamos, que en esta ocasión alcanzaron a Juan Pablo Colunga, coordinador Parlamentario, a quien reclamó haberlo callado, a pesar de ser sólo un empleado.
Al no ser posible la distribución de cédulas de votación para el nombramiento, la elección del titular de la Coordinación de Finanzas se aplazó. Los diputados que tomaron la Tribuna la abandonaron y la sesión concluyó luego de que Valdez Martínez informó sobre el fideicomiso del CEEPAC sobre el uso de multas de los partidos políticos.
Ante los medios, Hervert Lara defendió su propuesta. Anunció que analizarán si mantienen a Ortiz Hernández o presentan otra propuesta panista. Rechazó las acusaciones de corrupción y aseguró que “los corruptos son los que se manifestaron”.
En el viejo Teatro Azteca cayó el telón, y en el ambiente quedó el refrán parafraseado: cuando los diputados se pelean, salen a relucir las corruptelas.