La coulrofobia es el miedo a los payasos y a los mimos. Personajes habitualmente asociados a la risa, a la distensión y a la diversión, levantan para muchas personas una auténtico pánico tan agudo como irracional. La verdad es que es algo que resulta curioso de estudiar, porque cada año son más las personas diagnosticadas con esta fobia.
Famosos como Johnny Depp se declaran auténticos coulrofóbicos, personalidades que huirían si en su fiesta de cumpleaños apareciera un payaso o mimo con todo su maquillaje y su amplia sonrisa histriónica.
El miedo a los payasos, cada vez más elevado.
Su maquillaje empieza siempre con un fondo blanco, donde emerge una sonrisa de un rojo ígneo, exagerada, que persigue a los espectadores. Sus ojos aparecen inmensos, con una frente de entradas prominentes que acaban estallando en un erizado cabello de colores chillones. A muchos asusta su sonrisa pintada y falsa, como si lejos de hacer feliz a las personas, deseara matarlos de terror.
Las personas que padecen de esta fobia, afirman que desde niños sintieron cierta inquietud hacia los payasos y los mimos. En ocasiones, a esta fobia se le une también la fobia a las muñecas de porcelana. Tal vez sea esa máscara imprevisible, donde no se pueden adivinar las emociones. Donde la risa tibia asusta, y el maquillaje espanta.
Curiosamente, los científicos explican que este miedo se elevó en la década de los 90, cuando Stephen King publicó It (Eso), y fue adaptado seguidamente al cine. La trama y el malévolo payaso que la protagonizó, se convirtió en un auténtico icono del terror que quedó impreso para siempre en la mente de muchos.
Poco a poco se convirtió en una miniserie de culto que ha atrapado a generaciones posteriores en ese mismo terror.
Si eres de los que padece coulrofobio, debes saber que existe una terapia específica para liberarse de dicho pánico. Se trata de ir racionalizando el miedo, de acercarse poco a poco a la inocua figura de los payasos para ver al actor que hay detrás de todo ese maquillaje, y que tiene como finalidad arrancar una simple sonrisa mediante un gesto divertido o un chiste fácil.
