Cuentas Públicas 2023: informes sin novedad y un trabajo bien hecho

Por Victoriano Martínez

Mañana martes el pleno del Congreso del Estado aprobará el trabajo del Instituto de Fiscalización Superior del Estado (IFSE) sin ninguna novedad más que el rutinario acto de colocarle la estrellita en la frente a Rodrigo Joaquín Lecourtois López por un trabajo muy bien hecho.

Sin ninguna novedad incluye el sello del sexenio: la mayor opacidad posible si se trata de un acto de rendición de cuentas y, sobre todo, que involucra la posibilidad de conocer la forma en que se aplicaron los recursos públicos.

En la Gaceta Parlamentaria para la sesión de este martes, los diputados evitaron publicar el informe general y los informes individuales como solía ocurrir con los de la entonces Auditoría Superior del Estado, con lo que respaldan la opacidad del IFSE, que viola la Constitución estatal y la Ley de Transparencia desde que en diciembre presentó esos documentos.

Una actitud que les permite continuar con la dosificación de los resultados de las auditorías que, por un lado, muestran filtraciones que resulta obvio que atienden a los intereses dictados desde Palacio de Gobierno y por otro, las menos, que se dan desde el interior del propio IFSE que buscan exhibir al propio Ejecutivo.

Tan obvias resultan las filtraciones intencionadas con tinte palaciego, que tanto Lecourtois López como el diputado Luis Fernando Gámez Macías, presidente de la Comisión de Vigilancia, salen a justificar las irregularidades filtradas sobre las cuentas del Ejecutivo, pero no hacen lo mismo en el caso del Ayuntamiento de la capital.

La estrellita en la frente de Lecourtois López no es gratuita: elaborar auditorías con resultados previsibles, mantenerlas ocultas en contra de la ley, dosificar los resultados a través de filtraciones para exhibir las que le interesen al gobernador Ricardo Gallardo Cardona y si hubo una filtración incómoda justificarla, son los elementos de un trabajo muy bien hecho.

Un trabajo tan bien hecho que no es coincidencia que los entes fiscalizables que suelen estar bajo el asedio de Gallardo Cardona para mantenerlos bajo control son los que mayores montos de observaciones presentan: los ayuntamientos con el 52.92 por ciento, y los organismos autónomos con el 34.47 por ciento.

Con mil 268 millones 900 mil 432.71 pesos observados a los Ayuntamientos, ya sólo falta conocer la forma en que se distribuyen para identificar el tamaño del garrote con el que Gallardo Cardona los pretenda hacer entrar a su carril.

Los 582 millones 978 mil 414 pesos que se mencionaron como observaciones al Ayuntamiento de San Luis Potosí representan el 45.94 por ciento del total señalado a los municipios. Una proporción que va más allá de contar con un garrote para presionar, sino con un arma para desacreditar a un oponente.

En el caso de los organismos autónomos se puede dar por descontado que la inmensa mayoría del monto de las observaciones corresponde a la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), como continuación del maltrato y menosprecio que el gobernador le dispensa a la Máxima Casa de Estudios.

Aun así, el Poder Ejecutivo aparece en el tercer lugar como grupo de entes fiscalizables con el mayor monto de observaciones con un total de 178 millones 167 mil 319 pesos, que representan el 7.43 por ciento de las observaciones a todos los entes fiscalizados, y el 3.63 por ciento sobre el monto analizado de 4 mil 900 millones 640 mil 285.38 pesos.

Si Lecourtois López logró proyectar el gobierno de Gallardo Cardona como muy eficiente al sólo mal gastar menos de cuatro pesos de cada cien, el hecho es que –por el presupuesto que maneja– la tajada pinta para ocupar el tercer lugar en irregularidades aun con la benevolencia de un auditor a modo.

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