París es considerada la ciudad más romántica del mundo. Su historia, arquitectura y cultura hace de la misma uno de los lugares más encantadores; quienes la conocen, quedan tan fascinados que no pueden esperar para regresar, y quienes no la conocen, de seguro la tienen en su lista de sitios “por conocer”.
A continuación, te invitamos a descubrir algunas de las curiosidades y secretos que guarda París, la ciudad del amor.
El kilómetro cero.
El kilómetro cero de París se encuentra a unos pocos metros de la entrada de la Plaza de Notre Dame. Allí en el suelo podrás ver incrustada una placa de bronce con forma de estrella, que tiene cierto parecido a una rosa de los vientos.
Pues bien, lo emblemático que tiene este punto es que desde allí se miden las distancias desde París a cualquier punto de Francia.
La Torre Eiffel es más alta en verano.
La Torre Eiffel es sin lugar a dudas, el símbolo de la capital francesa, la misma mide 301 metros de altura, sin embargo, durante el verano es 18 centímetros más alta. Esto se debe a que, gracias a las altas temperaturas del verano, ocurre una dilatación térmica de la Torre, por lo cual, llega a medir 18 centímetros más de lo normal.
Hay tres estatuas de La Libertad.
En la capital francesa podrás encontrarte con tres réplicas de la estatua de La Libertad que se encuentra en New York.
La primera fue un regalo de Estados Unidos a Francia por el centenario de la Revolución Francesa, es cuatro veces más pequeña que la original y se encuentra en la Isla de los Cisnes. La segunda es aún más pequeña y está en los jardines de Luxemburgo, mientras que la tercera es una pequeña réplica de bronce situada frente al Museo de Artes y Oficios.
Pirámide del Museo del Louvre.
El Museo del Louvre es el museo nacional de Francia y uno de los más importantes del mundo.
La pirámide que se encuentra en la entrada del Museo del Louvre es de las mismas proporciones que la pirámide Keops de Egipto.
¿Una guillotina gigante?
En el año 1889 se realizó un concurso para diseñar y proponer una obra impactante como nunca antes se había visto, dicho concurso lo ganó la Torre Eiffel, y menos mal que fue así, ya que el otro competidor que parecía tener bastante fuerza era el de una guillotina gigante.
La propuesta era realizar una guillotina de 900 pies de altura, con el fin de conmemorar y honrar el aporte de Francia al “arte” de la decapitación. ¿Contaría con la misma cantidad de visitantes?