Por: Eduardo Delgado.
“Esto es lo que me hace feliz”, se ufanó el alcalde capitalino Ricardo Gallardo Juárez, del Partido de la Revolución Democrática, el miércoles por la noche en la colonia “El Paseo”, en el evento de entrega de juguetes, cobertores y otros enseres, acto en cuyo escenario se lee en una lona: “Navidad con Gallardía”.
Su bondad y generosidad no tiene límite y mucho menos durante esta época del año. “Con cargo al municipio, tú no te preocupes”, le dice con sobrada gallardía a su esposa, María del Pilar Carmona Reyna, cuando ésta oferta servicio médico a personas reunidas en la calle de Rafael Cepeda.
“Don Ricardo”, como le dicen sus fieles y serviles subordinados, asegura repartir despensas, garrafones de agua, tortillas, juguetes, cobertores, apoyo económico a las madres solteras y personas de la tercera edad, porque la gente se lo pide y él no se puede negar… como tampoco al culto a su persona.
La presentadora pidió a la multitud recibirlo con una porra: “En el momento que suba a este escenario le vamos a decir: ¡Gallardo!, ¡Gallardo!, ¡Gallardo!…pero con más ganas…todos con las manos arriba… ¡Gallardo!, ¡Gallardo!, ¡Gallardo!, porque ya está a punto de subir y todos con la mano arriba…”.
“En un momentito más estará el alcalde dando regalos para todos los niños”, anunció el ex conductor de noticieros en el Canal 7 local, Eloy Franklin Sarabia, ahora director de Respuesta Ciudadana en el Ayuntamiento capitalino, quien a la par conmina a la multitud a pedirle sillas de ruedas a la también generosa “Doña Pily”.
Eloy comparte escenario con Adriana, quien como promotora añade: “También tenemos el programa de impulso a la educación para niños que tengan promedio de 8.6 para arriba, a quienes se les otorga una beca”.
El manto de la bondad con gallardía es tan extenso, abundó, que “la gente va a ser beneficiada con las purificadoras de agua, que próximamente van a tener una por aquí”.
Eloy Franklyn refirió además el programa de las tortillas y enseguida les recordó a los asistentes que muchos de los programas asistenciales fueron promesas de campaña de “Don Ricardo”.
Lo que le dio pie para resaltar una diferencia monumental entre “Don Ricardo” y sus antecesores:
“A diferencia de otros presidentes municipales, de los cuales ya ni nos queremos acordar, por lo bandidos, por lo mal que nos quedaron, nunca regresaban y este señor…el licenciado Ricardo Gallardo sí regresa y con buenos proyectos para toda la gente de San Luis Potosí y devolviendo un poquito para la gente”.
“Hay también apoyos para personas de la tercera edad, que después de haber trabajado mucho tiempo merecen vivir bien y, sobre todo, no batallar con medicinas ni con el alimento”, agregó.
Al notar cierto fastidio de los concurrentes el funcionario municipal gritó a los asistentes: “¡Los veo muy tranquilos!…, ¿Cómo estamos?”. “Bien”, respondieron al unísono los presentes.
Como presentador de televisión Eloy Franklin le dijo a su compañera en el escenario: “Mira, los niños están un poquito serios pero todos son bien mitoteros. ¿Dónde están los niños de El Paseo?”.
Casi enseguida soltó: “Señoras y señores recibimos en este momento al alcalde, acompañado de su esposa…”. Las personas ovacionan, aplauden y gritan. Se muestran jubilosos.
Nadie puede acusar al clan Gallardo de ser incautos y que cualquiera los puede engañar. Menos con eso del “Premio Patito para Papá Pollito”, en cuya recepción el alcalde capitalino se mostró tan tierno, inocente y sonriente como la quinceañera Ruby.
Y es que en el evento Papá Gallardo advierte a los presentes: “Hay gente que llega a pedir una silla de ruedas y que feo que jueguen con el dolor humano, porque las venden. Por eso (al programa) le ponemos un candado, pero yo de corazón lo que necesiten sin costo estoy para servirles…”.
Al punto del llanto bien se puede uno lamentar del surgimiento tardío político de Los Gallardo, no solo en Soledad y la capital, sino en todo México y en el mundo. Dada su generosidad y bondad habría que catalogar a Gallardo Juárez e hijo como los mejores presidentes municipales del mundo y, sobre todo, durante toda la historia de la humanidad.
Porque se ganan la ovación con esa pose de que sirven a los que menos tienen de todo corazón y sin ningún costo.
Eloy le recuerda a su patrón que esa colonia “El Paseo” lo ha apoyado muchísimo. Con gallardía su patrón lo admite: “Por eso vengo a apoyarlos y lo que necesiten…”.
“¡Gallardo!, ¡Gallardo!, ¡Gallardo!”, gritan los reunidos, unas llegadas de colonias vecinas.
Vítores, loas, ovación, lo hace feliz, presume Gallardo, quien enseguida arremete: “De repente en el Congreso me bloquean todo esa bola de… que se deberían de poner a trabajar. Ellos en sus curules, donde todo mundo los está chuleando y nuestra gente, la de abajo, no quiere ese tipo de gente”.
“¡Que se pongan a trabajar!…, ¡Eso es lo que debían de hacer! Y ver por el bien de la gente…”, lo secundó el director de Respuesta Ciudadana.
“Claro… bloquean a Gallardo porque no quieren que Gallardo venga a apoyarlos”, advierte el hombre enfundado en camisa blanca, que se queja porque el costo de las licencias de funcionamiento quedó en 300 o 350 pesos.
“Mientras muchas gasolineras venden millones de pesos y vamos a cobrarles 350 pesos… eso no se vale. Hay que cobrarle al que más tiene y apoyar a la gente que más lo necesita”, arengó.
El director de Desarrollo Social, Juan Manuel Navarro Muñiz, sólo subió una vez al escenario, donde permaneció unos minutos y bajó luego de decirle algo al oído a su patrón.
“¿La política de la dádiva en todo su apogeo?”, le preguntó el periodista de Astrolabio Diario Digital mientras su jefe en el templete, en el papel de Chabelo, le preguntó a un infante, parado este frente a una fila de juguetes, “¿Qué te llevas?”.
El funcionario se queda mudo, no responde y pide al reportero dejar de grabar.
“¿No es política de la dádiva?”, se le insiste y entonces responde: “Para nada güey”.
“¿Entonces qué es esto?”, se le cuestionó. Se vuelve a quedar sin palabra. “¿Clientelismo?”. El servidor público hace mutis.
“¿En Soledad rindió muy buenos resultados?”, se le insistió mientras a Gallardo Juárez se le escucha, como merolico de feria, alentado a los niños a escoger sus regalos.