De la angustia y las penurias… a la felicidad

Por Eduardo Delgado

El día anterior al XXVII Congreso Nacional de la Enseñanza de las Matemáticas, celebrado en Pachuca, Hidalgo, cinco estudiantes de la Escuela Normal del Estado pasaron angustias. Les urgía juntar dinero para poder inscribirse, viajar, pagar hotel y alimentación.

Lo que juntaron de aportaciones de sus familiares, “boteando” y con diputados locales, no libró de penurias a la quinteta, integrada por tres mujeres y dos hombres… pero, aun así, lograron participar en el Congreso y regresar a San Luis Potosí felices:

Ellos porque fueron invitados a viajar a México, con todos los gastos pagados, para exponer en la Universidad Pedagógica Nacional (UPN).

Ellas porque las felicitó Higinio Barrón Rodríguez, autor de libros de matemáticas que les han servido durante su formación y presidente de la Asociación Nacional de Profesores de Matemáticas.

Prisma Lizeth Arciso Silva, Melina Eloísa González Ruiz, Griselda Yaneli Hernández Martínez, Jesús Javier Galván Dimas y José Francisco Reséndiz Flores cursan el V Semestre de la Licenciatura en Educación Secundaria con Especialidad en Matemáticas en la Escuela Benemérita y Centenaria Normal del Estado.

Griselda Yanely es oriunda de “El Nacimiento”, comunidad de Huehuetlán, municipio de la huasteca potosina. Su mamá la alentó a ella y a sus compañeros a salir a las calles a “botear”. También les recomendó escribir una carta con el nombre de cada uno de los 27 diputados y buscarlos para pedirles apoyo económico.

Por una serie de dificultades e indecisiones, fue hasta un día antes de la salida a Pachuca, el pasado 24 de noviembre, cuando los cinco acudieron a las oficinas de los legisladores, después de la sesión ordinaria celebrada ese jueves. “Hace rato hubieran hallado a la mayoría en la sala de plenos”, les comentó una secretaria.

Se les notaba angustiados, desesperados y con cierto desánimo, porque ese mismo día debían depositar 400 pesos para el pago de la inscripción, en vez de 500 que tendrían que cubrir al día siguiente.

“La diputada está muy ocupada y no creo que los pueda atender, porque ahorita sale de prisa a una reunión”, les explicó la asistente de la legisladora panista Josefina Salazar Báez.

Requirieron ayuda para identificar a los representantes populares y abordarlos en los pasillos. Después hallar a dos, uno del Partido Acción Nacional y el otro el de Morena, juntaron 4 mil 150 pesos.

A uno que encontraron a la salida de su oficina, le explicaron y este sacó dinero de su bolsillo, se los dio al tiempo que les aseguró: “Es lo único que traigo”.

Sumado el apoyo económico de familiares, lo que juntaron en la “boteada” y con los diputados, el dinero les resultó insuficiente. A Pachuca se trasladaron en una camioneta cuyo alquiler fue pagado por la Escuela Normal del Estado, así como docentes y egresados de esa institución que también viajaron para participar en el Congreso.

Por razones de logística los cinco se vieron precisados a pagar cada uno mil trescientos pesos por cada una de las dos noches de hospedaje. Aprovecharon que la tarifa incluía el desayuno.

Un día se separaron. Las mujeres volvieron al hotel con mucha hambre pero sin dinero. Pagaron 25 pesos por un café en el restaurante y se fueron a dormir.

Mientras, en una cenaduría sus compañeros comieron tres chalupas y un café de olla por 24 pesos. “Barato y rico”, comentaron al siguiente día con sus compañeras.

“Matemáticas lúdicas y recreativas en secundaria: ¡pongamos juegos didácticos sobre la mesa!”, fue el título de la ponencia de Jesús Javier y José Francisco, expuesta el segundo día de la convención nacional.

El mismo día, horas después, Melina, Prisma y Griselda, ofrecieron el taller sobre “Recursos manipulables para la justificación de fórmulas y cálculo de volúmenes de cuerpos geométricos”.

“El día anterior vimos que se programan talleres y ponencias y que los participantes en el Congreso eligen, según su interés, a cuáles entrar. Nos pusimos muy nerviosos porque pensamos que a nadie le iba interesar lo nuestro”, comentó José Francisco, originario del municipio de El Naranjo y miembro de una familia que sobrevive de una miscelánea que tienen en una colonia popular de la ciudad.

Jesús Javier, nacido en la capital, es hijo de un empleado que después de haberse jubilado trabaja como ayudante general en un restaurante.

Ambos se sorprendieron al mirar en su aula una importante cantidad de asistentes, entre ellos maestros con muchos años de antigüedad, maestros recién egresados y estudiantes en formación como ellos, procedentes de diversos estados del país, como Chipas, Oaxaca, Baja California.

Llevaron un juego, parecido al llamado “Memorama”, que atrapó la atención de los asistentes a su ponencia, pues les pareció de gran utilidad y efectividad para la enseñanza de fracciones, sucesiones numéricas, equivalencias y otras operaciones matemáticas.

Concluida su ponencia docentes y estudiantes partícipes de su ponencia les pidieron sus datos y ellos los invitaron a asistir al taller de sus compañeras.

Un estudiante de maestría de la Universidad Pedagógica Nacional invitó a José Francisco y Jesús Javier a viajar a México con transporte, hospedaje y alimentos pagados. “Se nos hizo un nudo en la garganta… después de todo lo que pasamos para juntar dinero”, contó uno.

Después de que les relataron a sus oyentes como llegaron a Pachuca fueron felicitados por su valentía y entusiasmo.

Horas más tarde Melina Eloísa, Prisma Lizeth y Griselda Yaneli pusieron a los concurrentes a formar figuras geométricas con cintas, popotes, arroz, pelotas de goma o de unicel. “Nos sorprendió el interés mostrado por los maestros, unos incluso adultos”, comentó Griselda.

La finalidad de su taller, explicó Melina Eloísa, es ayudar a comprender cuestiones básicas como el área y masa, y aprenderlas jugando.

También, añadió, es una forma de infundir en estudiantes de secundaria la imaginación y la creatividad, “lo que hoy en día la mayoría hemos perdido y todo lo queremos resolver con una calculadora o una computadora”.

Sabían que algunos de sus escuchas las podrían interpelar y fue por eso que anticiparon: “Nosotros no venimos a enseñar, pues somos docentes en formación y sabemos que nos falta mucho por aprender…aceptamos sugerencias”.

Al cabo de su taller ellas recibieron muchas felicitaciones, entre estas la de Higinio Barrón Rodríguez, autor de libros de matemáticas que les han servido durante su formación y presidente del Comité Ejecutivo Nacional de la Asociación Nacional de Profesores de Matemáticas.

También las felicito Marco Antonio García Juárez, autor de libros que inducen a estudiantes de secundaria a aprender las matemáticas con juegos y actividades cuya resolución alienta al desarrollo de habilidades para resolver problemas, validar procedimientos y resultados. “No lo podíamos creer”, aseguró Griselda.

Arnulfo Maldonado Martínez es egresado de la Normal del Estado e imparte clases en ese plantel y fue quien los animó a viajar a Pachuca. “Miren esta oportunidad”, les dijo y ellos se entusiasmaron.

También agradecen el impulso que han tenido durante su formación por parte del doctor en matemáticas Jaime Ávalos Pardo, representante de San Luis Potosí en un organismo nacional de maestros en la materia.

Tras concluir la entrevista con Astrolabio Diario Digital, en la que estuvo ausente Prisma Lizeth, admitieron que en su caso sí aplica esa frase propagandística y presuntuosa del Gobierno Federal: “Lo bueno casi no se cuenta, pero cuenta mucho”.

 

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