De la Casa de Gobierno a la Torre Corporativa

Por Victoriano Martínez

El pasado 28 de septiembre, coincidentemente la fecha en la que se conmemora el Día Internacional del Derecho a Saber, el gobernador Ricardo Gallardo Cardona publicó en su página de Facebook un video en el que mostró la Casa de Gobierno, con un recorrido en el que hizo comentarios irónicos y se burló de los ex gobernadores.

Su intención fue exhibir el lujo en que vivían los anteriores gobernadores con costo al erario, anunciar que el inmueble se convertirá en albergue para niños sin hogar y adultos mayores, con lo que acabaría ese dispendio de recursos con tal de que tuvieran mayor beneficio para los más necesitados.

Su video revelador parecía responder al derecho de los potosinos a saber sobre el dispendio de quienes los gobernaron en sexenios pasados, pero tal inquietud se quedó muy corta, sólo fue apariencia.

En los 18 minutos con 23 segundos que dura el video Gallardo Cardona no aporta un solo dato sobre lo que costó el terreno y la construcción, el costo de mantenimiento, el costo del personal que atendía a los ex mandatarios y sus familias… nada que atendiera el verdadero derecho a saber de los potosinos.

En su lugar, se dedicó a expresar sus prejuicios, ideas estereotipadas y lugares comunes que consideró útiles para congraciarse con la población, especialmente su clientela electorera, como si aún siguiera en la búsqueda del apoyo popular. Una auténtica agresión a la inteligencia de la ciudadanía, a la que no puede ver con ese carácter sino sólo como seguidores incondicionales.

Una exhibición del tipo lo que Pedro dice de Juan habla más de Pedro que de Juan, especialmente porque no aportó nada a lo que realmente honraría el derecho a saber de la población y, por tanto, muestra el pervertido concepto que tiene de la transparencia gubernamental.

Una transparencia que su gobierno aborda con una abierta opacidad, con el uso de los principales vicios en la atención a solicitudes de información en las que se simulan respuestas que sirven para la estadística del órgano garante del derecho de acceso a la información, pero de ninguna manera lo hacen efectivo y mucho menos permiten que la información pública consecuentemente lo sea.

De entrada, Gallardo Cardona omite hacer público que, en los hechos, los lujos que tanto criticó a sus antecesores por despachar en la Casa de Gobierno simplemente los sustituyó con apropiarse de la Torre Corporativa del Centro de Convenciones que, al habilitarla para ocuparla él, dejó sin oficinas a la Secretaría de Desarrollo Económico.

Una obra que se realizó desde días antes de que asumiera oficialmente el cargo como gobernador y que, por tanto, exhibe que se tomó atribuciones antes de su toma de protesta. Un espacio que, entre otras características que pueden ser catalogadas como lujos, es de acceso restringido en contradicción con su gobierno cercano al pueblo.

Una obra sobre la que la ciudadanía tiene derecho a saber quiénes la realizaron, cómo se asignó el contrato, cuánto costo y conocer las facturas que fueron cubiertas con recursos públicos, pero que –por obra y gracia de la opacidad del nuevo gobierno– documentalmente no existe.

Las secretarías de Desarrollo Económico (SEDECO), de Desarrollo Urbano, Vivienda y Obras Públicas (SEDUVOP) y Particular del Gobernador y el propio Centro de Convenciones negaron cualquier información sobre constructores, costos y facturas como si la obra, que se puede percibir de manera precisa, no existiera.

Una vez más: de los creadores de la fantasmal Sandra Sánchez Ruiz ahora tenemos obras concretas y tangibles realizadas por fantasmales constructores que cobran fantasmales facturas que, por muy fantasmales, no dejaron de sangrar al erario.

El derecho a saber de los potosinos exige una secuela del video de la Casa de Gobierno y sus lujos. Se impone la realización del video de la renovada Torre Corporativa del Centro de Convenciones que incluya los lujos de desplazar toda una secretaría y la Agencia Pro San Luis para dar cabida al austero despacho del gobernador como extensión de su oficina en el Palacio de Gobierno.

Un recorrido que exponga cada uno de los cambios realizados con el respectivo señalamiento de su costo y cierre con la información de quién realizó la obra, cuánto costó y la exhibición de las facturas.

Ya entrados en aspectos visuales, el video podría incluir una secuencia de las vistas panorámicas de la ciudad y del parque Tangamanga, que resultan un lujo colateral a contar con un despacho alterno, como si no le fuera suficientemente espacioso y seguro despachar desde el Palacio de Gobierno.

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