Dejan a adultos mayores sin pago de la Secretaría del Bienestar en SLP

Foto de Alejandro Rubín de Celis

Alejandro Rubín de Celis

Decenas de adultos mayores, personas con discapacidad, y madres trabajadoras o sus representantes, acudieron este lunes 4 de septiembre a una sucursal del Banco del Bienestar donde se llevaron la sorpresa de que no recibirían el apoyo que les otorgan programas del Gobierno Federal, y no les dieron información alguna de cuándo podrían acudir para obtener su dinero.

Desde las primeras horas de la mañana (alguien dijo que estaba desde las 6:30 am.) acudieron a las instalaciones del Banco del Bienestar ubicado en las calles de Zaragoza e Iturbide para recibir su pensión. Una hora antes de abrir el banco ya se había formado una larga fila que llegaba casi hasta la esquina con la calle Morelos.

Personas con bastón y andadera, sin poder sentarse en algún sitio, durante un buen rato bajo el sol, y también algunas jóvenes que acudían para recibir el pago del programa de apoyo a niñas y niños hijos de madres solteras, esperaron horas para que les dijeran que no se les iba a pagar el día de hoy y que no sabían cuándo, que se dirigieran a las oficinas de la Secretaría del Bienestar ubicadas en la avenida Fray Diego de la Magdalena, frente al panteón de El Saucito, para que les informaran.

De manera déspota, sin dar mayores explicaciones, un empleado del banco que llegó unos 20 minutos antes de que éste abriera sus puertas a las 9 de la mañana, respondía a todo el que le pregunta que no se les pagaría el apoyo en esa sucursal y que acudieran a la oficina principal de la Secretaría del Bienestar.

Caras largas, de desconcierto y preocupación, se observaban sobre todo en las personas de la tercera edad y los discapacitados ante la sorpresiva noticia, quienes confundidas preguntaban qué podían hacer.

Uno de los asistentes habló en voz alta para proporcionarles a los inconformes que aún permanecían allí, un número telefónico de la delegación local de la Secretaría del Bienestar para que llamaran y no tuvieran que trasladarse hasta sus instalaciones a fin de obtener información. Varios de los que marcaron dijeron que el teléfono sonaba ocupado hasta que una mujer les dijo que había logrado comunicarse y que le dijeron que tampoco sabían cuándo les podrían hacer su pago.

Poco a poco, afligidos, adultos mayores, personas con discapacidad y madres solteras se retiraron sin saber cómo y en qué momento podrían recibir su pensión.

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