María Ruiz
La desaparición de personas en San Luis Potosí ha hecho visible una tragedia humana que afecta a cientos de familias en el estado, que hoy se encuentran en la búsqueda del paradero de sus seres queridos.
En lo que va del año, la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas (CEBP) ha recibido un total de mil 208 reportes de desapariciones en la entidad, de los cuales se han localizado a 859 personas y de estas, 40 han sido encontradas sin vida.
Actualmente, hay 349 personas desaparecidas en todo el estado.
Desde su creación en julio del 2018, la CEBP, bajo el mandato de la Ley General en Materia de Desaparición Forzada de Personas, Desaparición Cometida por Particulares y del Sistema Nacional de Búsqueda de Personas, ejecuta y da seguimiento a las acciones de búsqueda de personas desaparecidas y no localizadas en las cuatro zonas de la entidad.
Dentro de estas cuatro regiones, la zona Centro es la que presenta mayor cantidad de reportes en este 2021, con un conteo total de 856 casos. De ellos, sobresalen 668 localizaciones efectivas de personas, de las cuales 15 se encontraron sin vida.
De acuerdo con las cifras proporcionadas por el organismo, a la zona Centro le sigue las zonas Media, Huasteca y Altiplano en cantidad de importancia de reportes y localización.
Una búsqueda inexorable
El director del despacho de este organismo, José Joaquín Martínez Aguilar, mencionó que desde la creación de la CEBP se ha detectado un incremento significativo en desapariciones, las cuales se dan en diferentes contextos y se investigan bajo diversos protocolos.
“Nosotros como comisión y bajo un protocolo homologado con diversas instancias como la Fiscalía General del Estado (FGE), estamos obligados a seguir ciertas metodologías. En nuestro caso el proceso de denuncia comienza con el llenado de una ficha. Después la difusión de una alerta —si la familia así lo desea—, para continuar con el seguimiento de las investigaciones, así como los procesos de búsqueda de las personas. También les brindamos a las familias víctimas asesoría legal y apoyo psicológico. En los únicos casos en los que la CEBP no interviene son los secuestros”, explicó.
Aunque en el Código Penal el delito se estipule como desaparición forzada, para la Comisión la simple desaparición de una persona ya es considerada de alto impacto y por ello está obligada a indagar en su paradero, independientemente de la situación que rodee el caso.
“Estamos obligados a seguirles buscando. No importa si existe algún desinterés de las familias, o si son casos de larga data, tenemos que desahogar todas las posibilidades de búsqueda. Es un delito oficioso y por ende, continuaremos investigando todos los reportes”, subrayó.
Familias, parte primordial del equipo de investigación
La creación de esta comisión estatal de búsqueda se formalizó mediante un proceso de participación ciudadana, en la que las familias víctimas y organizaciones solicitaron al Gobierno del Estado el cumplimiento a la fracción IV del artículo 2 de la Ley de Desaparición Forzada, que determina crear una comisión local para la investigación del paradero de personas desaparecidas y no localizadas.
Dentro de la coyuntura que significa la desaparición de un familiar, madres y padres de familia pertenecientes a la asociación civil Voz y Dignidad por los Nuestros San Luis Potosí, han realizado —desde hace cuatro años—, investigaciones y brigadas de búsqueda, mediante la experiencia empírica y formal, para indagar sobre el paradero de sus seres queridos .
Para la CEBP, la intervención de las familias ha sido uno de los apoyos más importantes para localización de desaparecidos, pues gracias a ellas las búsquedas son más efectivas y oportunas.
Martínez Aguilar refirió que existe un gran porcentaje de mujeres madres de familia buscadoras de desaparecidos en el estado. Mismas que han permitido que más de 300 familias de diferentes partes de la República se integren en los procesos de búsqueda.
Estos procesos incluyen desde la difusión de fichas de búsqueda, rastreo del paradero y hasta la geolocalización perimetral de fosas.
Luchar y jamás claudicar
A Edith Pérez Rodríguez, originaria del municipio de Tamuín, la desaparición de dos de sus hijos, un hermano y una sobrina en el año 2012, la llevaron a emprender el doloroso camino de rastrear su paradero.
La búsqueda de su familia desaparecida a la altura de Ciudad Mante, Tamaulipas, la obligó a crear en el año 2015 la asociación civil Voz y Dignidad por los Nuestros San Luis Potosí, tras conocer a gran cantidad de familias que se enfrentaban a la violencia institucional y revictimización de parte de algunas autoridades en los procesos de denuncia e investigación de desaparecidos en el estado.
“Nos dimos cuenta que las investigaciones y las búsquedas teníamos que realizarlas por nuestra cuenta. Sabíamos que nos enfrentaríamos a situaciones complejas, como la localización de fosas clandestinas, y enfrentar así la desatención en ese entonces de la Procuraduría”, señaló.
Fue entonces que Edith —ahora presidenta de esta organización—, comenzó a impulsar la búsqueda de personas desaparecidas en el estado y de potosinos no localizados en otras partes del país.
Hoy en día, el trabajo de Edith Pérez y quienes integran esta asociación ha fortalecido el trabajo de la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas.
“El trabajo que ha desempeñado desde su creación la CEBP ha sido siempre enfocado a las necesidades de las familias víctimas”, mencionó.
A pesar de que según lo referido por la presidenta de Voz y Dignidad por los Nuestros, la CEBP se encuentra con un escaso personal, su trabajo ha sido eficiente en cuanto a las indagatorias de búsqueda.
“La CEBP cuenta con un personal altamente capacitado, que ha sido solicitado a través de algunas instancias, quienes envían elementos para que colaboren en las comisiones de búsqueda. Así también, a pesar de no tener el suficiente presupuesto, nos han designado peritos arqueólogos, criminalistas y dentales que nos han ayudado de sobremanera con este trabajo”, dijo.
Del mismo modo, Teresa Medina, madre de Perla Guadalupe Padrón Castillo, víctima de desaparición forzada en el año 2013 en el municipio de Rioverde, convertirse en buscadora dentro de Voz y Dignidad por los Nuestros le ha permitido conocer a fondo los procesos de investigación del caso de su hija.
“Voz y Dignidad me ha dado la fortaleza para continuar en la búsqueda de mi hija Perla. Desde el inicio de este colectivo, madres y padres de familia tomamos la iniciativa de buscar por cuenta propia pistas sobre el paradero de nuestros hijos. Y en el transcurso de esta dolorosa experiencia hemos aprendido al realizar nuestras propias investigaciones, ahora con el apoyo de la CEBP, FGE, la Unidad para la Atención de Personas Desaparecidas y la Guardia Nacional”, apuntó.
Asimismo, la señora Medina manifestó que desde la creación de la CEBP se han realizado acciones de búsqueda en diferentes municipios de la entidad, que les ha permitido recabar más pruebas sobre el paradero de personas desaparecidas.
“La comisión de búsqueda, de la cual el licenciado Joaquín está al frente, ha dado excelentes resultados y nos ha brindado siempre el acompañamiento necesario. Es un organismo sumamente entregado a su labor”, afirmó.
Parte de la ayuda que han recibido las familias víctimas por parte de la CEBP son las constantes capacitaciones en torno a la búsqueda y recopilación de pruebas forenses, así como la organización de brigadas de búsqueda.
Aunque Martínez Aguilar remarcó que las madres y padres buscadores se han convertido en unos expertos en investigación, tanto protocolaria como forense, debido a la experiencia que les ha dado la búsqueda de sus hijos.
Cabe señalar que la CEBP comienza los trabajos de búsqueda con tan solo un reporte, sin la necesidad se realizar una denuncia, para evitar que las familias enfrenten procesos burocráticos extenuantes que revictimicen el desarrollo de la localización de la o el desaparecido.
Actualmente la Comisión lleva a cabo una brigada de búsqueda y geolocalización perimetral de indicios en el municipio de Moctezuma, donde se encuentran a la espera de resultados positivos de alguna prueba que permita la localización de algún/a desaparecido.