Ciudad de México (04 de enero de 2015).- Desde la creación del primer antibiótico, la penicilina, investigadores se han preocupado por la resistencia antibiótica. La CDC (Centers for Disease Control and Prevention) estima que 23,000 personas mueren cada año como resultado directo de infecciones de cepas de bacterias resistentes a estos medicamentos.
Investigadores, de la Universidad de Berna, en Suecia, están trabajando en una forma de evitar este fatídico destino, buscando opciones de tratamiento que vayan más allá de los antibióticos.
El estudio, publicado en Nature Biotechnology, implica la introducción de liposomas, pequeñas estructuras que están diseñadas para imitar a la membrana celular, al cuerpo. Estos liposomas en particular, son diseñados para actuar como señuelos, atrayendo a las defensas de las bacterias (toxinas secretadas por las bacterias) hacia ellos mismos, previniendo así que ataquen a las células del cuerpo. Una vez que la toxina alcanza al liposoma, es atrapada y ya no puede dañar a las células del organismo infectado.
Básicamente los científicos crearon una carnada para las toxinas bacterianas, estas toxinas se sienten muy atraídas por los liposomas y una vez que se adhirieron a estos, pueden ser eliminadas fácilmente sin riesgos para la célula huésped.
Lo que el equipo de investigadores espera es que los refuerzos de liposomas puedan desviar el daño del cuerpo, fortaleciendo la habilidad del sistema inmunológico para responder a infecciones bacterianas. También creen que este tratamiento podría funcionar en conjunto de los antibióticos, haciéndolos mas efectivos.
El estudio aún esta en una etapa temprana y a pesar de que los liposomas diseñados funcionaron en ratones, los ensayos clínicos en humanos son una meta distante.
Fuente: Muy Interesante.