España, (26 de abril de 2015).- El mito nació en la mañana del 5 de abril de 1994, después de que aquel tipo de 27 años, con melena rubia y una seductora mirada ausente, se pegase un tiro en la cabeza y su cadáver fuera encontrado por un electricista. El suicidio de Kurt Cobain conmocionó al mundo del rock, convirtiéndose en un rápido y trágico epitafio para la generación del grunge, que, como señaló el mismo día de su muerte el periodista de Rolling Stone, David Fricke, perdía “a su John Lennon”. Más de dos décadas después, el director Brett Morgen desmitifica al líder de Nirvana en Cobain: Montage of heck, el primer documental autorizado por la familia y que se ha estrenado esta semana en España. “Creo que la película pone entredicho lo que la gente piensa de él”, dice durante una entrevista en un hotel de la plaza Santa Ana de Madrid.
La cinta, que se proyectó en la última edición de la Berlinale y del Festival Sundance, muestra como nunca antes se había conocido la intimidad de Kurt Cobain, rastreando incluso su infancia y adolescencia. Todo ello gracias a que Courtney Love, viuda del cantante, dio a Morgen la llave de una caja fuerte celosamente cerrada durante años. Una caja con un tesoro formado por decenas de súper-8 y vídeos en VHS, más de 4.000 páginas de escritos, ideas y pasajes del diario del cantante y unas 200 horas de audio en grabaciones personales, muchas de ellas inéditas. “Al revisar todo el material, encontré a dos tipos: el personaje público y la persona. Y a mí solo me interesaba conocer la experiencia de la vida de la persona”, explica Morgen, que tomó el título del documental de un casete registrado por Cobain en 1988, en el que se incluyen versiones de canciones de Frank Zappa, Black Fag, Los Beatles o Cher. “No hay conjeturas sino elementos de su vida. Creo que la película está cerca de dar con el verdadero Kurt”, afirma.
¿Pero quién era el verdadero Kurt? Según Montage of heck, más allá del dios del grunge perturbado con la fama y rendido a la espiral de la heroína, había multitud de aristas existenciales que mostraban, en palabras de Morgen, a un “hombre terriblemente complejo”. Las primeras imágenes caseras revelan a un niño tímido, que hace dibujos alegres y que no se separa de su guitarra de juguete, pero que termina por convertirse en un adolescente marcado por el rechazo. Un chaval que sufre la separación de sus padres y que luego, al terminar en casa del padre porque la madre no se hace cargo de él, no puede convivir con sus hermanastros y acaba viviendo una larga temporada con sus abuelos. Además, su madre intentó frenar su hiperactividad con medicación y el día que le mostró una de sus canciones le aconsejó que se dedicara a otra cosa porque no entendía su música.
Tracey Marander, su primer amor, explica que Cobain “odiaba ser humillado”. Con animaciones muy logradas que retratan su adolescencia, todo esto queda reflejado en una larga grabación del propio Cobain en la que habla de cómo quiso perder la virginidad con “una chica muy gorda” que asistía a cursos de educación especial. Sus amigos le humillaron al enterarse. La misma voz que cantaba Smells like teen spirit cuenta lo que sintió: “No podía soportar hacer el ridículo. Me drogué y emborraché y me fui caminando hasta la vías del tren, esperando a ser arrollado”.
“Él hacía música para sentir que no estaba solo”, reconoce su hermana Kim en el documental. Con su impecable tensión eléctrica y sus modos de inspiración punk, Nirvana captó el desengaño y la frustración existenciales de buena parte de los adolescentes de los noventa, perdidos entre la abundancia y el consumo de drogas. Krist Novoselic, bajista de Nirvana y amigo de juventud, reconoce que “las drogas eran parte de la ecuación”. Y en un momento dado también lo fue Courtney Love, más drogadicta que él y que aparece en varias grabaciones como en un vídeo con los dos drogados en pleno embarazo de ella. Morgen no la ve como la mala de la película aunque tampoco la defiende. Simplemente, como dice, “Cobain batallaba diariamente con el intento de ser feliz”. Y la propia Love reconoce que el músico se sintió “terriblemente traicionado” por ella cuando le confesó que quería serle infiel. Fue su primer intento de suicido con una sobredosis en Roma en marzo de 1994. Luego, se consumó el 5 de abril, cuando surgió el mito. Y conviene señalarlo: Cobain llegó a liderar en 2006 la lista de artistas desaparecidos con más ingresos anuales que realiza la revista Forbes, por delante incluso de Elvis Presley, aunque El Rey volvió a dominar esta clasificación en las siguientes ediciones, mientras se hicieron otros documentales como el esperpéntico ¿Quién mató a Kurt Cobain?, que conspiraba sobre su muerte.
Cuenta la historia que aquel electricista que encontró el cadáver no sabía quién era Kurt Cobain. Posiblemente, en el fondo, nadie lo supiese. Ni él mismo, que dejó los rastros de su persona solitaria y excesivamente frágil esparcidos en sus canciones, pero también en su vida, que Cobain: Montage of heck recoge como nunca antes.
El Mundo