Desnivel en Alpes, infraestructura que olvida la movilidad inclusiva

María Ruiz

La avenida Cordillera de los Alpes, con una longitud aproximada de 1.5 kilómetros, representa uno de los tramos más transitados de la capital potosina. Sin embargo, su reciente transformación ha encendido el contraste sobre la movilidad y la accesibilidad urbana. A pesar de la construcción de un nuevo puente peatonal anunciado como una solución vial, activistas advierten que esta obra no garantiza una movilidad inclusiva ni segura para todas las personas.

Antes de esta intervención, diversos semáforos distribuidos en puntos estratégicos permitían a los peatones cruzar con relativa seguridad. Hoy, esta dinámica ha cambiado: la posibilidad de cruzar la avenida depende, en gran medida, de la cortesía de los automovilistas, quienes pocas veces ceden el paso. Aunque existe un paso peatonal sobre la avenida Himalaya, su funcionamiento es más simbólico que efectivo, pues carece de las condiciones para su uso , y así garantizar el derecho al libre tránsito peatonal.

Josué Santiago, arquitecto y activista por el derecho a la ciudad, ya había advertido durante la presentación del Plan de Ciclovías y Movilidad que la ciudad no solo necesita nuevas ciclovías, sino también infraestructura segura para peatones.

“Se trata de generar espacios donde las personas puedan moverse libremente, sin miedo a ser víctimas de un siniestro vial”, señaló Santiago en su momento.

Por su parte, Víctor Hernández, integrante del colectivo Pedaleando SLP y defensor de la movilidad accesible, ha cuestionado abiertamente el diseño del paso a desnivel en la avenida Himalaya. Aunque la obra promete mejorar el flujo vehicular de más de 35 mil autos diariamente, también refuerza una lógica urbana que prioriza los automóviles sobre las personas.

“El puente peatonal representa una barrera significativa para personas con discapacidad, movilidad reducida, adultos mayores y mujeres embarazadas. Estos puentes no son una solución inclusiva, sino un recordatorio de que seguimos diseñando la ciudad desde la perspectiva del automóvil”, afirmó.

El activista también destacó que la zona no está compuesta únicamente por automovilistas. “Aquí transitan trabajadoras del hogar, estudiantes de la Facultad de Ciencias de la Comunicación y del Instituto Carlos Ortiz, albañiles que se transportan en bicicleta, entre otros. La ciudad necesita cruces a nivel de calle, accesibles y seguros, que respeten la escala humana y garanticen el derecho a la movilidad de todas las personas”, añadió.

A la par, ha indicado que la obra vial en Himalaya es, en apariencia, una solución para el tráfico vehicular, pero deja en segundo plano las necesidades de quienes transitan a pie o en bicicleta.

“La infraestructura vial no debe ser vista únicamente como un medio para agilizar el tráfico, sino como una herramienta para construir una ciudad más justa, inclusiva y habitable”.

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