María Ruiz
La crisis hídrica y la implacable depredación han llevado a una alarmante disminución de las especies piscícolas en los ríos y lagunas de la región Huasteca, en especial en los cauces naturales que se encuentran dentro de los municipios de Ciudad Valles y Tamasopo. Un impacto sobre los ecosistemas que se ha convertido en algo devastador.
El representante de la Cooperativa del Río Pujal Coy, Reynaldo Sánchez Castro, advirtió que los depredadores, como el pez diablo y la langosta australiana, han diezmado las especies nativas, como la acamaya, que alguna una vez fue abundante y hoy ha sido víctima de la sobreexplotación, por lo que está al borde de la extinción, también por la sequía extrema que enfrenta este municipio.
Además, dijo que esto ha originado que productos como los mariscos de río, que se cultivan en corrales y granjas dentro de los ríos de la región, no se reproduzcan, por lo que los que llegan a los mercados locales provienen de otros estados o incluso de países lejanos como China.
Este experto en la producción piscícola señaló que es necesario fomentar la producción local para evitar que quienes se dedican a este sector, no se vean obligados a importar peces de granjas distantes.
Recalcó que aunque también Tamasopo cuenta con excelentes granjas, paradójicamente allí se venden productos a un costo elevado por la alta demanda y poca producción, como lo son las mojarras que suelen costar tres veces más que su precio normal.
“Claro que nos preguntamos si es sostenible seguir así, esta situación origina que los productores también abandonen el sector”.
Sánchez Castro detalló que la extracción desmedida de arena ha convertido al río Tampaón en un “hilo de agua”.
“El lodo reemplaza lo que antes eran caudales vigorosos. Este daño al medio ambiente es irreversible y afecta a toda la comunidad”.
Por último, exhortó a las autoridades como la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural a tomar medidas críticas y urgentes para preservar las especies piscícolas y que los productores puedan continuar con sus actividades de acuicultura, así como realizar trabajos para restaurar la salud de los ríos y lagunas, además de mantener programas para poder seguir produciendo pese a la sequía que enfrentan los municipios de la Huasteca.