María Ruiz
Niñas, niños y adolescentes de primarias y secundarias del municipio de Soledad de Graciano Sánchez enfrentan violencias físicas, sexuales y psicológicas en sus hogares, así lo señalo la psicóloga Mariana Juárez Moreno, docente de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP).
La docente realizó un diagnóstico de prevención, atención y detección de violencia en niñas, niños y adolescentes para analizar las secuelas que dejó la presencia de la pandemia por covid-19, el cual reflejó un aumento considerable de conflictividad familiar, pobreza, exclusión, violencia, movilidad humana y hasta incremento en el estrés de padres, madres y otros cuidadores.
“Descubrimos en el diagnóstico que casi la mitad de las niñas y niños sufren violencia física, principalmente en la casa, que es el ámbito donde más son violentados. Se detectó también un porcentaje de niñas y niños que sufren violencia sexual, principalmente por parte de personas cercanas a la familia, tanto familiares como amistades, y también nos percatamos que no son cuidados”.
Juárez Moreno remarcó que estas acciones violentas se reproducen y perpetúan debido a la normalización de educar a las infancias y adolescencias con violencia, sumado a contextos sociales que condicionan la forma en la que los padres de familia educan a sus hijas e hijos.
Sumado a esto, la precariedad, la falta de acceso económico y ausencia de acompañamiento psicológico, los padres de familia producen ambientes de estrés que generan a su vez conflictos y una inestabilidad emocional para educar y cuidar de las infancias soledenses.
“Notamos que son núcleos familiares en donde papá y mamá realizan jornadas de trabajo muy exhaustivas y no hay redes que los apoyen, lo que repercute en su salud mental e impide que tengan estabilidad emocional, por lo que la crianza de las infancias a través de la violencia se convierte en una herramienta habitual”.
Estas prácticas violentas repercuten de manera negativa en el desarrollo psicosocial de los menores de edad, quienes presentan secuelas en su estado anímico y desempeño educativo.
“Es muy importante para que las niñas, niños y adolescentes tengan estabilidad emocional, y algo que urge en las escuelas es que se cuente con un psicólogo. En el caso específico de Soledad de Graciano Sánchez, son escuelas de 400 a 600 niños que solo cuentan con una psicóloga, que es insuficiente, entonces sí urge que se tome en cuenta que su salud mental es primordial”.