Antonio González Vázquez
Acusados de presunto desvío de recursos con las millonarias dádivas que suman ya más de 28 millones de pesos y objeto de la crítica generalizada por el derroche del dinero público, los diputados robustecen su tendencia a la opacidad y ocultamiento de datos públicos. En los primeros tres meses del año no han publicado un solo documento sobre sus egresos, lo cual contraviene las obligaciones que impone la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública.
En el artículo 19 de esa ley, fracción XI se establece la obligación de publicar y actualizar toda la información relacionada a los movimientos de ingresos y egresos. Se trata de una obligación para todos los entes públicos.
Enfatiza que en el caso de los egresos, la información que se haga pública “deberá contener el monto, beneficiario, concepto, fecha, folio, institución bancaria y funcionario que lo autoriza”.
Información similar en la página electrónica oficial del Congreso del Estado www.congresosanluis.gob.mx, existe solo hasta diciembre de 2017. Es decir, no se ha publicado ningún cheque correspondiente a 2018, lo que supone que cada centavo que ha gastado el poder legislativo en el primer trimestre, se mantiene en la opacidad.
Esa situación es delicada pues se está violando el derecho de los ciudadanos a acceder a información actual y de calidad que es pública. Más aún, cuando el Consejo Ciudadano de Transparencia en su décimo informe ha censurado de nueva cuenta el millonario gasto en dádivas, mismo que afirma, es ilegal.
Los diputados entregan todos los días, con autorización de la Junta de Coordinación Política apoyo económico a presuntos beneficiarios para diversos conceptos que van de la compra de despensas a la de uniformes deportivos hasta materiales para construcción, con lo que benefician la imagen de los legisladores que los gestionan.
Pero también se abre la puerta a la corrupción como ha ocurrido con diputados que gestionan el apoyo pero no lo entregan a los beneficiarios.
Esos son los apoyos que en este primer trimestre se mantienen en la oscuridad pese a que deberían ser publicados por tratarse de información pública de oficio.