Por Victoriano Martínez
El año de gracia fijado en el contrato de arrendamiento del predio de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP) en Lomas, en el que se anunció la construcción de un centro comercial denominado Distrito Santa Fe a pesar de haber sido rentado para construir un campus deportivo universitario, se vence hoy.
Se llegó el día en el que la empresa Distribuidora VEM debe pagar a la Universidad 3 millones 450 mil pesos por el primer año de renta sin posibilidad de prórroga, en tanto que el rector Alejandro Zermeño Guerra debe definir si se rescinde el contrato o no, tras la exhibición de irregularidades en proceso de arrendamiento.
La conversión hecha por Distribuidora VEM de un campus deportivo universitario a un centro comercial que deja sólo el 9.3 por ciento de sus espacios para áreas deportivas representa la mayor burla a la decisión del Consejo Directivo Universitario tomada en la sesión del 23 de noviembre de 2023, y a partir de ahí una serie de dudas sobre el cumplimiento del contrato.
Para empezar, todo indica que desde el momento mismo de la firma del contrato de arrendamiento comenzaron los incumplimientos por parte de la empresa. La cláusula cuarta fijó un depósito y fianza de cumplimiento por 287 mil 500 pesos que debía entregar “de manera inmediata a la firma del presente contrato”.
Las autoridades universitarias no han aclarado si se realizó ese depósito, en tanto que en los reportes de ingresos en el apartado de transparencia de la UASLP no aparece tal ingreso. Todo indica que el contrato se firmó con ese incumplimiento.
Tras la revelación de que se había arrendado un terreno universitario para una unidad deportiva y se proyectó un centro comercial, en una primera reacción, Zermeño Guerra anunció que se revisaría el caso en tanto que Urenda Navarro Sánchez, desde el 5 de diciembre, reconoció evidencias para que la UASLP rescindiera el contrato.
Además de la falta del depósito y fianza que debió entregarse en el momento de firmar el contrato, entonces eran evidentes el incumplimiento de la presentación de las especificaciones técnicas del proyecto que, de haberse presentado, habrían dejado evidencia de que se construiría un centro comercial y no una unidad deportiva.
Relacionado con ese incumplimiento, no se realizaron las reuniones de seguimiento en las que se pudo haber evitado ese abuso por parte de la empresa arrendadora. Una circunstancia que pone en duda que la propia Universidad haya emitido los nombramientos de los funcionarios responsables para estar al pendiente de ese seguimiento.
A esa cadena de incumplimientos, el pasado mes de enero se acumuló otro relacionado con una parte de la obra: el inicio de la construcción del estacionamiento que parcialmente le serviría al la Facultad de Ciencias de la Comunicación y el Instituto de Investigación en Comunicación Óptica de la UASLP.
La construcción del estacionamiento ya tendría que ser visible, dado que su construcción ya llevaría más de tres meses y tendría que estar concluido en el mes que, en los plazos del contrato, comienza a correr a partir de mañana.
El cambio del proyecto y los incumplimientos que resultaron evidentes a finales de 2024 para el inicio de este año se convirtieron en situaciones a revisar, pero además en motivo de negociación con la empresa.
Para el rector, se convirtieron en apenas sospechas y con una tardía prudencia señaló que el caso tenía que estudiarse para ver si la empresa estaba cumpliendo o no, y anunció la determinación para el día de hoy.
Hoy, Distribuidora VEM podría o no incurrir en un incumplimiento más al contrato, pero independientemente de eso, Zermeño Guerra tendrá que mostrar qué tan comprometido está con la defensa del patrimonio de la UASLP o si permitirá que pasen por encima de su autonomía y conviertan uno de sus terrenos en una plaza comercial que sea un nuevo “punto de encuentro” para “reunir a las mejores marcas internacionales, nacionales y locales”.