¿Eres de los que les gusta dormir demasiado los fines de semana, para recuperar el sueño perdido de los días laborales? ¿O eres sencillamente de los que les gusta dormir? En ambos casos, seguro que has notado que te levantas como si no hubieses dormido, con el cuerpo maltrecho, con mucho cansancio. ¿Cómo es posible?
Todo exceso es malo.
Trabajar en exceso, estudiar hasta altas horas de la noche, quedarse hasta tarde viendo tele, y luego el sábado dormir hasta bien entrada la mañana, para recuperar el tiempo perdido y ponernos en cero con nuestra deuda de sueño. Es un comportamiento que muchas personas adoptan para descansar. A primera vista parece lógico.
Pero es errada la idea de “recuperar el sueño”. El sueño no se recupera, al menos no de un tirón; nuestro organismo acusa la falta de sueño y la acumula (no te creas que se olvida) pero no puede dormir demasiado de una sola vez para descansar.
Sencillamente se trastocan los ritmos circadianos, y eso siempre es muy malo para la salud. Recuerda que los ritmos circadianos se activan o desactivan con la luz del sol, y aunque pases el día durmiendo, tus ciclos del día seguirán activados, pese al sueño, y por eso no descansas.
Esta situación puede generar el estado conocido como embriaguez del sueño, y sentir determinados síntomas como dolor de cabeza, molestias musculares, pesadez, tal como te sentirías con una resaca.
Dormir demasiado no es la solución. Brant Hasler, psicólogo de la Universidad de Pittsburgh, apunta que lo ideal sería despertarse todos los días a una misma hora, incluso cuando no tienes que trabajar, pues la respuesta para un buen descanso es acostumbrar el cuerpo a una rutina, donde sea capaz de reconocer y asociar determinadas horas con dormir.
De este modo, no se necesitaría un despertador para sacarnos del sueño –cosa que muchos expertos ven como una invasión–, pues el organismo ya estaría acostumbrado a despertarse de forma natural.
Pero llega el fin de semana y tiramos por la borda todo el esfuerzo de los cinco días anteriores, y el domingo nos dedicamos a dormir todo el día. A las 7 de la tarde nos levantamos cual vampiros, pero con la energía por el suelo. Eso es lo que pasa cuando vulneramos nuestros ritmos circadianos.
Y el hacerlo de forma continuada puede traer severos trastornos de salud, desde quedarnos dormidos en plena faena hasta sufrir depresión.
¿Qué recomiendan los expertos en trastornos del sueño? Aunque no puedas dormir todos los días las 8 horas ideales, al menos tener 6 o 7 horas de sueño; levantarnos, ir a trabajar, y si te sientes muy cansada/o a eso del mediodía, no tengas empacho en dormir la siesta (que hasta 30 minutos será totalmente benéfica, y sí te hará sentir descanso). Y eso sí, en la noche volver a dormir a la hora de siempre, temprano, si es antes de las 12 mejor.
Lo “correcto” sería que entre semana durmieras al menos 6 horas, y así los sábados y domingos podrías alargar un poquito el momento de levantarte, hasta llegar a las 8 horas. Y es muy recomendable que tomes la siesta 10 minutos todos los días, te asombrarás de lo que ese pequeño lapso de tiempo puede hacer en tu energía.
Así que ya es hora de cambiar los hábitos dañinos y adoptar otros más saludables, y que te hagan descansar más.