Dos días

Óscar G. Chávez

Un buen incentivo, quizá el mejor de cuantos se han visto en la historia de la democracia en México, es el propuesto por el empresario potosino Héctor D’Argence Villegas: dos días de asueto pagados por la empresa. Esto va más allá de los descuentos que cines, restaurantes y comercios menores han ofrecido luego de algunos procesos electorales y siempre y cuando sea visible el dedo pulgar entintado.

Con todo y lo encomiable de la propuesta, maquinada dentro de la recurrente perversidad  empresarial por coaccionar el voto, en origen ésta tenía como condicionante el triunfo de la candidata de la oposición Xóchitl Gálvez y seguramente, con todo y que para el asunto sea personaje menor, el alcalde candidato y candidato a alcalde Enrique Galindo. Es decir, dado que lo importante es acabar con el lopezobradorismo, la alcaldía no importa si se logra el principal objetivo. 

Pero, parce ser que la propuesta en efecto sonó tan corrupta como corruptora, que el empresario tuvo que reconvenir, eliminando la condicionante; luego pues, gane o no gane Xóchitl, y solamente por el hecho de haber participado en el proceso electoral, los trabajadores tendrían, en hipotético desde luego, dos días de asueto, pagados. La generosidad en su máxima expresión.           

Como sea, el anzuelo ya está lanzado y es válido que el empresariado potosino haga su lucha contra el comunismo que amenaza en convertir el país en una nueva Venezuela (queda claro que no mencionan a la URSS porque ya pasó de moda); encomiable por donde se le quiera ver.

Lo que hay que ver también, y sería mucho más loable, es que ese mismo empresariado dejara de preocuparse tan obsesivamente por lo que ocurre a nivel nacional y comenzara a preocuparse verdaderamente, ya que ni en hipotético lo hacen, por lo que ocurre en San Luis Potosí, donde la administración pública, sus instituciones y la transparencia, se encuentran secuestradas por la mafia verde y sus gavilleros. 

Es lógico, no es lo mismo desgañitarse lanzando todo tipo de señalamientos e improperios contra un presidente de la República que ni los vé ni los escucha (y que en caso que lo hiciera, le daría lo mismo), que decir sus verdades a quien tienen al lado y los gobierna en lo inmediato. ¿Cuántas ocasiones hemos visto que a invitación expresa a manifestarse contra las instancias del gobierno estatal, evaden diplomáticamente señalando que el cambio debe de venir de lo general a lo particular?, ¿cuántas veces en lo privado señalan lo que no sostienen en público? 

Al día de hoy, una realidad que nadie podrá desmentir, es que nos se ha visto a ningún grupo empresarial potosino (algunos vinculados con la extrema derecha) posicionarse abierta y categóricamente contra el gobernador, ni ofrecer días de asueto pagados a sus trabajadores por participar en alguna manifestación con el mismo fin. 

Pero, volviendo al tema central, ¿qué pasará si al día siguiente de las elecciones “sorpresivamente” se percatan que no ganó su candidata y por el contrario triunfó el oficialismo?, ¿también darán los dos días a sus trabajadores? Vayamos más allá: ¿qué pasará si en la capital no alcanzara el triunfo el maestro Galindo?, nada, eso lo sabemos a la perfección, ni darán los dos días y acabarán agachados frente a quien llegue a la alcaldía; mientras tanto seguirán lanzando enfurecidas protestas a la lejanía, mientras aparentan ignorar lo que aquí ocurre. Así son y así serán; los mismos días que ofrecen de asueto deberían tenerlos de dignidad.      

El prometer no empobrece y el ignorar la realidad inmediata, volteando para otro lado, es lo único que se puede esperar cuando de potosinos se trata.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.

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