Por Victoriano Martínez
A partir del lunes, el pleno de la Comisión Estatal de Garantía de Acceso a la Información Pública (CEGAIP) comenzará a trabajar con dos nuevos comisionados de tres que lo integran.
Una renovación de la mayoría que, según los proyectos de trabajo presentados al Congreso del Estado por los recién nombrados, prácticamente encabezarán el renacimiento de un organismo desconocido.
“El principal reto es que nos conozcan, que conozcan el trabajo que se hace en la CEGAIP”, dijo el 18 de junio de 2021 Sara Viridiana Tapia Rincón durante la entrevista como aspirante a comisionada. Este jueves recibió el nombramiento para cubrir el periodo que termina el 30 de junio de 2025.
Tan desconocida es la CEGAIP a pocos días de cumplir 20 años, que para José Gerardo Navarro Alviso, electo comisionado y presidente de la CEGAIP este jueves, requiere realizar una labor fundamental: fomentar “la cultura de acceso a la información, desde su concepción como derecho humano, más que como obligación legal o de mandato gubernamental”.
Si bien la cortesía indica que se debe otorgar el beneficio de la duda a quien recién asume un cargo, para el caso de un organismo que se ha caracterizado por un largo historial de nombramientos a modo de la vocación de opacidad de quien encabeza la administración pública estatal, tal deferencia no puede ignorar los antecedentes de los recién llegados.
Navarro Alviso exhibe en su currículo y proyecto 2022 dos acercamientos al tema: (1) tener bajo su responsabilidad como secretario de la Delegación de La Pila el módulo de transparencia y (2) “como servidor público del Poder Judicial Federal, me es común ver la cantidad de amparos promovidos en contra de las resoluciones emitidas por la Comisión”.
Es necesario aclarar que el proyecto de trabajo que se tuvo al alcance corresponde a su participación como aspirante a comisionado en junio de 2022 porque para el actual proceso el Congreso del Estado omitió la difusión de estos como uno de sus tantos actos de retroceso en materia de transparencia.
En el currículo del recién nombrado presidente de la CEGAIP no aparecen más actividades relacionadas con transparencia y aunque entre la versión de su historia académica de 2022 a 2024 incorpora cuatro nuevos cursos (página 108), ninguno tiene que ver con derecho de acceso a la información pública y todos están enfocados a su carrera en el Poder Judicial Federal.
“Mi preparación académica y profesional en derechos humanos, a través de la institución del amparo, en que me desempeño actualmente y desde ya hace varios años, me permiten conocer los procedimientos y mecanismos que permiten el acceso al derecho”, así expuso los motivos por los que decidió buscar ser comisionado de la CEGAIP en 2022.
Navarro Alviso no distingue (o confunde) el derecho a la información en general y el derecho de acceso a la información pública, que es una de las tres modalidades de aquel y que es el que le corresponde garantizar a la CEGAIP.
Aunque reconoce a la CEGAIP en un punto intermedio, porque por un lado “no siempre se complace la voluntad de un solicitante”, por el otro tampoco al ente obligado “a quien le cuesta poner a disposición la información”, y exhibe una expresión con cierto prejuicio: “es común que a veces los solicitantes convierten el ejercicio de un derecho en una necedad legal”.
Una postura que se acerca a la argumentación prejuiciosa del hoy casi ex comisionado supernumerario en funciones de numerario, Alfredo Solís Ramírez, sobre el abuso en el derecho de acceso a la información pública.
Su insistencia en la promoción de la cultura de transparencia como si se tratara de una novedad y no se hubiera hablado de ella desde hace más de 20 años coincide con el preocupante reconocimiento de su hoy casi compañera comisionada sobre el desconocimiento del órgano garante.
Tapia Rincón estuvo a cargo de verificaciones sobre el cumplimiento de las obligaciones de transparencia de los sujetos obligados desde 2016. Un área de la CEGAIP cuyas acciones debieron reflejarse en que la población pudiera acceder por esa vía a cada vez más información que debe difundirse de oficio.
No obstante, los sujetos obligados cada vez publican menos. ¿Hasta dónde el hecho de que haya cada vez menos información en la Plataforma Estatal de Transparencia y que sus formatos estén convertidos en basura digital para simular el cumplimiento de las obligaciones de difusión son una razón de que se desconozca a la CEGAIP por inútil?
Quizá por conocer a detalle ese procedimiento y su alcance condicionado por el criterio de los comisionados, Tapia Rincón señaló en su entrevista hace tres años que las verificaciones estaban burocratizadas y requieren un rediseño. Ya va a estar en donde podrá tomar determinaciones en ese sentido. Veremos.
Nota curiosa: en el último día hábil de los comisionados salientes, David Menchaca y Alfredo Solís, boletinaron en el sitio Web de la CEGAIP que:
“Ha concluido la relación laboral de los siguientes integrantes del área de comunicación social Juan Carlos Ortíz Ramírez y Emmanuel Martínez Martínez. Por lo que, a partir de la fecha del día de hoy, cualquier publicación, gestión, trámite o solicitud que se haga a nombre de esta comisión estatal la desconocemos”.
¿El próximo lunes veremos una publicación similar en la que se sustituyan los nombres por los de David Enrique Menchaca Zúñiga y José Alfredo Solís Ramírez?