Francisco X. Salazar S.
Las Universidades son una parte muy sensible de la sociedad. Ahí se forman las futuras generaciones de ciudadanos. Para la mayoría de las personas tener un grado universitario es su primera meta importante de la vida. Por lo mismo, para la mayoría de los padres de familia poder apoyar a sus hijos para que se gradúen en una universidad es su mayor ilusión. Se trata de saber más, conocer a fondo algunas materias, para después serle útil a la sociedad.
Pero lo más importante de la universidad es su vocación de buscar la verdad. El filósofo Agustín Basave Fernández Del Valle define la universidad como “la corporación de estudiantes y profesores, que por la investigación y la docencia se ordenan a la búsqueda de la verdad, a la unidad del conocimiento, al cumplimiento de sus vocaciones y a la formación de los profesionistas necesarios para la realización del bien común”.
Aunque la verdad total es inalcanzable para la inteligencia humana, y nunca podremos saber con exactitud todo de todas las cosas, sí podemos avanzar cada vez más hacia esa verdad total. Para ello, la verdad debe ser descubierta por cada persona; no puede ser impuesta ni puede ser dictada por la autoridad.
Todo individuo debe enfrentarse con la realidad y buscar, con ayuda de sus maestros y material didáctico, la explicación de lo que su inteligencia capta de la realidad: la explicación de los fenómenos físicos, químicos, biológicos; y de las leyes que los explican y pueden predecir sus resultados, o del comportamiento social, del funcionamiento de la comunidad, de las normas que la guían, de su historia y cultura.
En la universidad se aprende ese conocimiento para así colaborar en la solución de los problemas que atañen a la comunidad o al mundo, en la salud, la alimentación, en la vida y en tantas otras cosas más. Pero, además, en la universidad se aprende a convivir con personas que pueden pensar distinto, lo cual es fundamental en una sociedad democrática.
Pero para cumplir con sus objetivos y obligaciones, la universidad necesita de autonomía y libertad: libertad de cátedra, de pensamiento y de investigación. Por eso es que la Constitución consagra la autonomía y que el estado en México se ha comprometido a dar educación gratuita a través de las universidades públicas y a otorgar el presupuesto necesario para su funcionamiento.
Naturalmente, la autonomía y el autoritarismo no se llevan. Cuando la autoridad quiere imponer una sola manera de pensar siempre va a tener problemas con la universidad, porque va contra su esencia. Solo en los países totalitarios o en las dictaduras las universidades se alinean totalmente con el gobierno. Es muy difícil para un autoritario entender que el pensar de diferente manera no nos convierte en enemigos. Los autoritarios, tontamente, piensan que solo hay una manera de entender y tratar de solucionar problemas: la suya. Solo aceptan a quien les da la razón en todo.
El presidente López ha mostrado nuevamente su vena autoritaria en el caso del plagio de la tesis profesional de la pasante de la UNAM, Yasmín Esquivel de Riobóo, que cobra como Ministra de la SCJN. Ha insultado al rector Graue llamándolo Poncio Pilatos, traidor, hipócrita, simulador, politiquero y que dice “choros mareadores”.
Pero ya desde antes había descalificado a las universidades en general por ser, según él, de pensamiento neoliberal, “derechizadas”, individualistas, formadoras de aspiracionistas y egoístas, así como otros calificativos que dudo entienda bien. Y les ha ido reduciendo y escatimando su presupuesto. Y a los investigadores los ha acosado, perseguido y hostigado como en el caso del Conacyt y del CIDE. Los ha demandado y afortunadamente ha perdido los pleitos. Como en otros casos, ha denunciado corrupción, que efectivamente puede haber en algunas universidades pero, a partir de casos aislados, se lanza contra todas las universidades. Descubre una manzana podrida y arrasa con toda la huerta.
Le haría bien estudiar un poco la historia de las universidades, no solo en México sino en todo el mundo. Las universidades y los universitarios han sido bastión de libertad y de coraje para defender sus instituciones. En Francia, en Estados Unidos, en Rusia y en México y muchos otros países. Presidente López: ¡no se meta con las universidades! Somos muchos los que les estamos agradecidos por lo que nos dieron y que estamos dispuestos a defenderlas.
Solo para que conste: el problema se origina por el intento de colocar en la presidencia de la SCJN a otra ministra incondicional al presidente, a Yasmín Esquivel de Riobóo, y así tener a cuatro ministros que lo salven de las demandas de inconstitucionalidad en sus ocurrencias. Por eso la exculpó del plagio alegando que era un pecado de juventud, misoginia, y que el que estuviera libre de culpa arrojara la primera piedra. Pero no pudo evitar su argumento definitivo: es la que más ha votado a favor de sus ocurrencias. Solo que en el intento se descubrió el plagio, su amistad y preferencia por el ingeniero Riobóo. Y también salió a la luz ropa sucia que se debería haber lavado en su casa…
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.
Es Ingeniero Químico, maestro en Administración y doctor en Educación. Empresario. En 2005 ocupó el cargo de Secretario del Trabajo y Previsión Social a nivel Federal. Fue dos veces diputado federal y senador, y una vez diputado local. Ha sido catedrático por más de 25 años en universidades públicas y privadas. Miembro del Partido Acción Nacional de 1975 hasta abril de 2022. Ha sido consejero de Canacintra, Industriales Potosinos, Unión Social de Empresarios de México y de Coparmex. Ocupó el cargo de secretario general en el Sindicato de Académicos de la UASLP. Actualmente es presidente del Instituto de Política Laboral A.C.